Guterres pide una rápida vuelta al Estado de derecho en la región etíope de Tigray

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, aseguró este lunes estar "muy consternado" por la situación en la provincia etíope de Tigray, y pidió una rápida vuelta al Estado de derecho en la región, donde se ha desatado un conflicto separatista.

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"(Guterres) Siente que es esencial restaurar rápidamente el Estado de derecho, respetar por completo los derechos humanos, promocionar la cohesión social, lograr una reconciliación inclusiva, así como el restablecimiento de los servicios públicos y la garantía de acceso a ayuda humanitaria sin restricciones", apunta un comunicado del portavoz Stephane Dujarric en nombre del secretario general.

Asimismo, el texto señala que la ONU sigue estando "completamente comprometida a apoyar la iniciativa de la Unión Africana (UA)", y a la movilización de "toda a capacidad de Naciones Unidas" para proveer apoyo humanitario a los refugiados.

El secretario general quiso, además, destacar que estos mismos mensajes han sido remitidos a líderes de la región y al primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, con quien aseguró ha hablado este mismo lunes.

La región de Tigray se ha visto sacudida desde hace más de un mes por un conflicto armado, donde cientos de personas han muerto por la guerra y más de 45.000 han huido de la violencia al vecino Sudán

La ONU calcula que más de un millón de personas pueden necesitar ayuda como consecuencia de la guerra en Tigray, región de algo más de unos cinco millones de habitantes, el 5 % de la población de Etiopía (unos 110 millones de personas).

El pasado 28 de noviembre, las fuerzas gubernamentales dijeron haber tomado la capital tigriña, Mekele, tras una ofensiva armada que Abiy ordenó el pasado 4 de noviembre contra el Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT), partido en el poder en la región, en represalia a un ataque de fuerzas tigriñas a una base militar etíope en ese territorio.

Aunque la contienda empezó el pasado 4 de noviembre, el contencioso de Tigray venía complicándose desde hacía meses.

Desde su refundación tras la caída del régimen comunista en 1991, Etiopía promueve una política de federalismo étnico, donde supuestamente todas las etnias tienen igual valor y representación.

Sin embargo, el FPLT lideró desde entonces la coalición étnica que conformaba el gobernante Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE).

Esa hegemonía duró hasta el nombramiento en 2018 de Abiy -un joven político de origen oromo- como primer ministro, quien quiso extirpar el etnicismo de la política refundando el FDRPE en el Partido de la Prosperidad (PP), del que se desvinculó el FPLT.

Tras retrasarse las elecciones generales previstas el pasado agosto por la covid-19, el FPLT celebró en septiembre comicios parlamentarios regionales, que el Gobierno central tachó de ilegales y una violación del "orden constitucional".

Asimismo, desde el 5 de octubre, cuando teóricamente vencía el mandato de Abiy, el gobierno de Tigray no reconoce la autoridad del Ejecutivo federal.