Inundaciones "catastróficas" en Myanmar azotan a los más vulnerables, alerta la ONU

Al menos 36 personas han muerto y más de 200,000 necesitan ayuda con urgencia en Myanmar. El país está siendo azotado por lluvias monzónicas e inundaciones provocadas por el ciclón Komen que llegó a Bangladesh el 30 de julio.

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UNICEF y la Oficina de Coordinación para Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) alertaron hoy que muchas zonas del país permanecen aisladas y se prevé un alarmante aumento de las cifras de afectados, a medida que los equipos de emergencia alcancen estos lugares.

"Más allá del impacto inmediato, las inundaciones afectarán los medios de subsistencia de miles de familias", advirtió en un comunicado de prensa Shalini Bahuguna, de UNICEF.

El presidente Thein Sein ha declarado zona de desastre natural las zonas más afectadas. Según OCHA, la crecida de las aguas habría causado "daños extensos" en refugios en el estado de Rakhine, donde viven unos 100,000 desplazados de la perseguida minoría musulmana rohinya.

Las autoridades locales, con la ayuda de la ONU y otras organizaciones de la sociedad civil están respondiendo a las inundaciones en diferentes partes de Myanmar, llevando a cabo operaciones de rescate y distribuyendo alimentos, agua, mantas y medicinas.

UNICEF advirtió que en este contexto, los niños afrontan una "doble catástrofe" ya que los desastres naturales agravan la pobreza, violencia y conflicto que ya sufren en el país.

Myanmar es propensa a las inundaciones, ciclones y terremotos. Por eso, las agencias de la ONU resaltan la necesidad de dedicar más fondos a las campañas de prevención de desastres y mejorar la resistencia de la comunidad. Las áreas más afectadas figuran entre los estados más pobres de Myanmar, un país donde casi el 70 por ciento de la población viven con apenas 2 dólares al día.

Este año, UNICEF hizo un llamamiento para recaudar 24.9 millones de dólares para ayudar a niños afectados por la violencia y el conflicto en el estado de Rakhine. Hasta ahora, sólo ha recibido 5.6 millones, dejando una brecha de 19.3 millones, incluso antes de contabilizar las necesidades de las familias afectadas por las inundaciones.