Esta medida contra el diplomático Christopher Henzel llega en represalia por las sanciones impuestas por EE. UU. el martes pasado al nuevo embajador iraní ante los rebeldes hutíes en el Yemen, Hassan Irloo.
Irán respalda al Gobierno formado en Saná por los insurgentes y es el único país que mantiene relaciones diplomáticas con ellos, mientras que EE. UU. apoya a la coalición árabe que combate a los hutíes para restaurar en el poder al presidente yemení reconocido internacionalmente Abo Rabu Mansur Hadi.
Según el comunicado del Ministerio de Exteriores de Irán, publicado en las últimas horas, Henzel jugó "un papel clave" en el liderazgo de las acciones cometidas por la citada coalición árabe, encabezada por Arabia Saudí.
Las autoridades persas acusan al embajador de ofrecer apoyo financiero y armamentístico a la coalición y de ser cómplice de "la violación de los principios fundamentales del derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario".
La nota de Exteriores también destaca el rol del embajador estadounidense en mantener "las sanciones crueles e inhumanas contra el pueblo yemení" y en "tomar acciones destructivas" para desintegrar el Yemen e impedir un arreglo político de la crisis.
Irán mandó el 17 de octubre a Saná, controlada por los hutíes, a Irloo, su primer embajador desde la escalada del conflicto en 2015, lo que rechazó el Gobierno de Hadi, con sede en la ciudad de Adén. Los rebeldes, por su parte, nombraron a un embajador en Teherán en 2019.
Al sancionar a Irloo, el Departamento del Tesoro estadounidense describió al embajador como un veterano miembro de la Fuerza Al Quds de los Guardianes de la Revolución que ha apoyado durante años los esfuerzos para dotar de "armas avanzadas y entrenamiento" a los hutíes.