Israel endurece las restricciones por la pandemia con cierre de bares y piscinas

El Gobierno israelí endureció hoy aún más las restricciones por el rebrote de coronavirus y ordenó el cierre de bares, gimnasios, piscinas, discotecas y salas de eventos culturales ante el preocupante aumento de contagios de COVID-19, que hace temer una vuelta al confinamiento.

"Si no actuamos ahora, tendremos cientos o quizás en torno a mil casos graves en las próximas semanas, lo que paralizará nuestro sistema (sanitario)", alertó hoy el primer ministro, Benjamín Netanyahu, antes de anunciar las medidas restrictivas para impedir tomar medidas "aún más extremas más adelante".

Los restaurantes y templos religiosos permanecerán abiertos, pero tendrán limitaciones de aforo. Los primeros podrán acoger un máximo de 20 personas en espacios cerrados, y hasta 30 en áreas abiertas; mientras que en las centros de oración no podrán congregarse más de 19 feligreses.

Cualquier otro tipo de reunión pública quedará restringida a un máximo de 20 personas, que deberán mantener el distanciamiento de dos metros y llevar mascarillas para prevenir el contagio.

También afectará al transporte público y los autobuses solo podrán admitir un máximo de 20 viajeros.

Asimismo, los campamentos de verano y otras actividades para niños y jóvenes se tendrán que reducir: solo los más pequeños podrán asistir a ellas, y el Ministerio de la Sanidad decidirá si los de cinco o más pueden seguir tomando parte.

Otro ámbito afectado son ministerios y compañías gubernamentales: el 30% de su plantilla pasará a trabajar desde casa.

Todas estas medidas implican un significativa marcha atrás tras la rápida reapertura que Israel realizó desde mayo, una vez superada la primera fase más crítica de la pandemia, que impactó en el país de manera moderada.

Pero según especialistas, este proceso se realizó con demasiada celeridad y antes de tiempo, por lo que las últimas semanas derivó en un incremento preocupante de casos que ha vuelto a poner a las autoridades en alerta.

El país -con casi nueve millones de habitantes- supera el total de 30,000 infectados. De estos, cerca de la mitad son activos, y casi cien personas están en estado grave. El número de fallecidos también aumentó ligeramente en los últimos días, y se sitúa en un total de 332.