El acuerdo prevé la construcción de un acueducto, que costará hasta 400 millones de dólares, entre el Mar Rojo y el Mar Muerto, situado a unos 180 kilómetros al norte del primero.
En una región en la que la integración económica entre Israel y sus vecinos árabes es mínima, el acuerdo es un "hito en la cooperación regional", indicó el Banco Mundial.
Debido a la gran extracción de agua dulce del río Jordán, el Mar Muerto está amenazado constantemente de quedar seco. El nivel del agua baja anualmente en promedio un metro.
Según los planes, 80 de los 200 millones de metros cúbicos anuales de agua serán transformados en agua potable en una nueva planta desalinizadora en Jordania y distribuidos en Jordania, Israel y los territorios palestinos. El agua residual servirá para alimentar al Mar Muerto.