Jordania acoge una nueva cumbre sobre Irak con Macron y Borrell a la cabeza

Jordania acoge este martes la segunda edición de la Conferencia de Bagdad para analizar los desafíos sobre la seguridad de Irak, coorganizada por el presidente francés, Emmanuel Macron, y en la que participa el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, además de altos cargos de los países de Oriente Medio.

La región del mar Muerto es la ubicación señalada para la celebración de la cumbre, cuya primera edición tuvo lugar en Bagdad en 2021 y consolidó el regreso de Irak al mapa diplomático internacional, del que estuvo apartado por las sucesivas crisis y conflictos que ha arrastrado durante décadas.

Este año, sin embargo la cita tiene lugar en Jordania porque así lo prometió en su momento su rey, Abdallá II, que presidirá la reunión junto a Macron y al primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani.

Asimismo, según medios jordanos, también participan varios líderes y representantes de los Ministerios de Exteriores de Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Baréin, Kuwait, Omán, Arabia Saudí, Irán y Turquía.

Hasta el momento se han desvelado pocos detalles sobre el contenido de la cumbre, en la que la UE asegura que busca "reafirmar el apoyo de los participantes a Irak, su soberanía, seguridad y estabilidad, así como su proceso político, su desarrollo económico y sus esfuerzos de reconstrucción en cumplimiento de las aspiraciones de su pueblo".

El Elíseo, por su parte afirma que "el objetivo de esta reunión es poner en torno a la mesa a los vecinos, a los amigos de Irak, para favorecer el diálogo".

Y es que en la conflictiva región de Oriente Medio, varios vecinos no muy bien avenidos se reencontrarán cara a cara, como es el caso de Arabia Saudí e Irán, archienemigos regionales que en el último año han acercado posturas gracias a la mediación de Irak.

La participación de Irán es espinosa: el país está sacudido por las protestas iniciadas tras el asesinato de la joven kurda Mahsa Amini a manos de la policía de la moral, mientras que la Guardia Revolucionaria ha estado lazando ataques transfronterizos contra grupos del Kurdistán iraquí a los que acusan de apoyar esas revueltas.

Asimismo, dada la asistencia de Francia y la UE, Irán buscará abordar el restablecimiento de las negociaciones para un acuerdo nuclear.

Precisamente, el asunto nuclear es un tema que preocupa, y mucho, a los países del golfo Pérsico, especialmente a Arabia Saudí, que insiste en ser incluido en tales conversaciones al considerar que la monarquía árabe está severamente amenazada por el potencial desarrollo de armas nucleares por parte de Teherán.

Además, Riad pide que dentro de ese acuerdo se incluyan restricciones al programa de misiles balísticos iraní, puesto que los saudíes denuncian que esos proyectiles están siendo utilizados por los rebeldes hutíes del Yemen contra su territorio.

En este sentido, también se prevé que se aborde un acuerdo de paz en el Yemen, país en guerra desde 2014 y escenario de una guerra subsidiaria entre Arabia Saudí e Irán.

Por otra parte, Turquía -otro de los vecinos incómodos en la región- intervendrá en un momento en el que Ankara está lanzando ataques contra grupos kudos en el norte de Irak y de Siria, mientras que mantiene una disputa sobre el desarrollo de presas en el sur de su país que están afectando el caudal de los ríos iraquíes.