Jóvenes y militares jubilados protestan en Beirut en el 23 día de la revuelta

Las protestas han continuado este viernes por vigésimo tercer día consecutivo en las calles del Líbano, en cuya capital estudiantes y militares jubilados se han concentrado en instituciones y empresas públicas, para presionar a los dirigentes políticos que no han avanzado en un cambio de Gobierno tras la dimisión del primer ministro hace más de una semana.

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Estudiantes y militares jubilados se congregaron esta jornada en la Plaza de los Mártires, en el centro de Beirut y lugar emblemático de las protestas, desde donde se dirigieron al puerto marítimo, donde consiguieron bloquear una de sus entradas a pesar de las medidas de seguridad reforzadas en estas instalaciones, dijo a Efe una fuente militar.

También en otros lugares de la capital y su periferia se han registrado movilizaciones, como en la sede del Ministerio de Educación, uno de los principales blancos de los estudiantes en los pasados días, y en la Dirección General de Transporte.

Otras áreas del Líbano han sido igualmente escenario de movilizaciones, como las localidades costeras de Yunieh y Biblos (al norte de Beirut), Sidón (sur) y Baalbeck (este), donde los manifestantes han bloqueado centros educativos y oficinas del Banco Central.

En la localidad de Halba (norte), hubo protestas delante de la sede de Ogero, la compañía telefónica pública, y de la empresa de electricidad estatal, que han sido testigos de más manifestaciones en los pasados días en varias poblaciones.

"Los dirigentes no se dan cuenta de la situación por la que estamos pasando: vemos el sufrimiento de nuestros padres que aspiran a que tengamos un mejor futuro y no escatiman esfuerzos, pero no lo logran", dijo a Efe Sami, un estudiante de los muchos que están protagonizando esta semana las movilizaciones.

Por otra parte, el presidente de la Asociación de Hospitales del Líbano, Suleiman Harun, advirtió que el país se encuentra "a las puertas de una gran crisis sanitaria" porque no hay dólares para pagar a los importadores de medicamentos y de material médico, alertando de que los suministros disponibles son suficientes sólo para un mes.

"Los hospitales y los médicos se movilizarán el 15 de noviembre y dejarán de recibir a los pacientes, a excepción de los casos urgentes, como los que necesitan diálisis o quimioterapia", anunció en una rueda de prensa retransmitida por las cadenas locales.

El presidente del Colegio de Médicos, Charaf Abu Charaf, avisó a su vez del riesgo de la escasez de suministros, que puede llevar a "una catástrofe" si la situación no cambia en breve.

Incluso desde antes del comienzo de las protestas el 17 de octubre, el Líbano hacía frente a la escasez de dólares en el mercado, lo que llevó a que el precio del billete verde se disparara frente a la moneda local y afectó a varios sectores que dependen directamente de las importaciones.

La situación económica ha degenerado debido a los parones y al cierre de los bancos durante las primeras dos semanas de protestas, mientras que los dirigentes políticos no han comenzado las negociaciones para designar a un nuevo primer ministro, tras la dimisión de Saad Hariri el 29 de octubre.

Una fuente parlamentaria, que pidió el anonimato, señaló a Efe que "ninguna decisión se tomará antes del discurso del secretario general del (grupo chií) Hizbulá, Hasan Nasralá", que está previsto para el lunes, aunque de momento el influyente líder se ha mostrado contrario a la dimisión de Hariri y a la formación de un nuevo Ejecutivo porque conllevaría semanas o meses de retraso en la aplicación de las reformas que piden los manifestantes.