Judíos ultraortodoxos que apoyan a los enemigos de Israel

El movimiento ultraortodoxo judío Naturei Karta apoya la causa palestina en línea con un férreo ideario antisionista que le ha llevado a codearse con algunos de los mayores enemigos de Israel como Mahmud Ahmadineyad o Yaser Arafat.

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Judíos ultraortodoxos que apoyan a los enemigos de Israel [Muestra/oculta texto completo] Jerusalén, 27 dic (EFE).- El movimiento ultraortodoxo judío Naturei Karta apoya la causa palestina en línea con un férreo ideario antisionista que le ha llevado a

Una reciente visita solidaria a Gaza, tras la ofensiva israelí de noviembre, o su reciente presencia en Ramala durante los actos conmemorativos por el reconocimiento de Palestina como Estado observador de la ONU, son sólo algunas de las últimas actividades de un grupo cuyos miembros suelen aparecer en las fotografías de prensa defendiendo posiciones claramente antiisraelíes, aunque muchos ignoran el porqué.

Fundada en 1938 en la Jerusalén bajo Mandato Británico, "Naturei Karta" es un término arameo que significa "Guardianes de la Ciudad" y alude a unos custodios espirituales de la fe talmúdica que luchaban a capa y espada contra el laicismo que defendía el sionismo por aquel entonces.

Su ideario aboga por el desmantelamiento pacífico de Israel según la creencia más ortodoxa de que los judíos tienen prohibido tener un estado propio hasta que no se produzca el advenimiento del mesías, según un castigo que aparece recogido en el libro del profeta Amos.

"La idea sionista es contraria a la religión judía, y nosotros como judíos auténticos nos oponemos a ella", defiende en una entrevista con Efe el rabino Meir Hirsch, líder del grupo, en su casa del barrio ultraortodoxo de Mea Shearim, de Jerusalén.

Hijo del que fuera ministro para Asuntos Judíos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Moshé Hirsch, Meir apunta que incluso la utilización de "Israel" como nombre del Estado supone una "usurpación", porque "los sionistas eligieron separarse del pueblo judío" y no tienen por tanto ningún derecho de hablar en su nombre.

Sostiene que tras el castigo divino del exilio, ocurrido en el siglo I, las profecías sagradas sólo hablan de un "reino celestial" y que no es misión del hombre forzar el establecimiento de un Estado.

Se trata de una postura que hasta hace tres décadas caracterizaba a casi toda la ultraortodoxia judía, aunque con el tiempo buena parte de los sectores que la conforman hayan claudicado y participen en la vida del Estado o incluso intervengan en el juego político.

"Se han asimilado", sentencia el rabino, considerado popularmente por la prensa israelí como "el ministro de Exteriores" del grupo, una función que heredó de su padre, amigo de Arafat, del que no tiene dudas de que "fue asesinado por los sionistas".

Tildados por algunos como secta radical, Hirsch afirma que su grupo está integrado por decenas de miles de personas con comunidades repartidas principalmente entre Jerusalén y Nueva York.

Con ciudadanía estadounidense, Hirsch es consecuente con sus creencias y apunta que su comunidad vive de las donaciones extranjeras, al margen del Estado de Israel, que dice abandonar cada tres meses al contar con un visado de turista.

Por las calles de Mea Shearim son frecuentes los carteles de su grupo en los que advierte que el movimiento nacional judío perpetra un "holocausto" de su propio pueblo porque "trata de convertir por la fuerza a un pueblo creyente en un pueblo infiel".

Hirsch explica que según el Talmud, los judíos no están autorizados a dominar, matar, dañar o degradar a otro pueblo y por tanto no deben tener nada que ver con la empresa sionista o sus guerras.

Por ello se oponen a desposeer a los palestinos de sus tierras y hogares y defienden como solución al conflicto de Oriente Medio "el desmantelamiento de Israel y la creación en todo el territorio de un único Estado", el de Palestina.

"Sabemos que el estado sionista desaparecerá del mapa. ¿Cómo? Nosotros no dirigimos la agenda divina", agregó.

Estos zelotes, que se consideran los únicos guardianes verdaderos de la ley judía, descienden de comunidades en Hungría y Lituania que se asentaron en el siglo XIX en la ciudad vieja de Jerusalén.

Y aunque vivan en Israel, se consideran aún en el exilio de la diáspora judía, un exilio "mucho peor" al de si estuvieran viviendo "en Estados Unidos o Francia", opina.

Pero quizá lo mas controvertido de su agenda son sus apoyos a enemigos declarados, pasados y presentes, del Estado judío.

En el marco de las actividades del movimiento judío contra la que él califica como "desgraciada resolución" de Partición de Palestina en 1947, hicieron suya la causa de la OLP, hoy en día la de Hamás, y en 2006 la de Ahmadineyad, al participar en Teherán en un seminario repleto de negacionistas del Holocausto.

"Los sionistas ayudaron a la exterminación de los judíos en Europa con el fin de obtener su Estado", asegura Hirsch, quien se muestra contrario al "uso cínico del Holocausto", en línea con un ideario atribuido entre otros al presidente iraní, que califica de "carismático" y "moral".

Con su radical posición Naturei Karta no sólo ha cosechado airadas críticas entre los israelíes, sino también entre los demás ultraortodoxos, que consideran al grupo una rara avis del variopinto pueblo judío, empeñado en seguir la penitencia del exilio hasta que Dios les devuelva al "reino de los cielos".