Julio Ortega: "La larga siesta del español en EU ha terminado"

"La larga siesta del español en Estados Unidos ha terminado", considera el escritor y crítico peruano Julio Ortega, quien vive hace 30 años en ese país, donde los hispanos se consolidan como la primera minoría.

Etiquetas: 

El idioma cuyos retos se debaten actualmente en el VI Congreso Internacional de la Lengua Española despierta en Estados Unidos "a un mundo donde se le exige actualidad, o sea, capacidad de futuro", apunta Ortega (Casma, 1942).

El eminente estudioso de la literatura latinoamericana contemporánea y profesor en la Universidad de Brown, cuyo último libro es "Nuevos Hispanismos. Para una crítica del lenguaje dominante", indica en entrevista con dpa que no hay que tenerle miedo al spanglish.

Antes de coordinar hoy el panel "Literatura hispánica y redes trasatlánticas" en Ciudad de Panamá, Ortega analiza como una importante deuda pendiente del español su puesta al día con las lenguas originarias.

dpa: ¿Cómo ve la evolución del español en Estados Unidos? ¿Cuáles son allí sus máximos desafíos y oportunidades a la hora de difundirse como segunda lengua?

Ortega: Creo que en Estados Unidos la larga siesta del español ha terminado y que despierta a un mundo donde se le exige actualidad, o sea, capacidad de futuro. Este nuevo español trasatlántico es hijo de la necesidad: sus hablantes se juegan la vida al usarlo para construir su ruta peregrina.

Pienso que esta lengua a flor de piel es capaz de remontar la penuria de todo orden (violencia, corrupción, conversión de la vida en mercado, autoritarismo) y forjar un hábitat alternativo con horizontes de diálogo y crítica.

dpa: ¿Cómo evalúa el fenómeno del spanglish, es un ejemplo del sincretismo entre dos lenguas? ¿Cree que se seguirá expandiendo?

Ortega: Está claro que el español no es un problema académico sino de la calle. El spanglish es un fenómeno típico de contacto entre dos lenguas y, bien vista, la historia del español está hecha por esos procesos de mezcla y contaminación desde el italiano en la obra de Garcilaso hasta el francés de Darío y el quechua de José María Arguedas.

Pero no hay que tenerle miedo al spanglish, dejará de existir cuando deje de ser observado, como las enfermedades imaginarias. Los excelentes escritores latinos no escriben en spanglish sino en el cruce del español y del inglés, que reverberan sin mengua, con brío y con humor, como en el inglés callejero de Junot Díaz o en el más íntimo de Daniel Alarcón.

Sin embargo, más importante me parece la puesta al día del español con las lenguas originarias tanto de la península como de las Américas. Ya García Márquez en su discurso del primer Congreso de la Lengua advirtió que la interacción del español y las lenguas nativas americanas es un capítulo pendiente.

dpa: ¿Cuáles son sus expectativas para este VI Congreso de la Lengua? ¿Qué aportes puede realizar al debate sobre el futuro de nuestro idioma?

Ortega: Lamentablemente, todavía creemos que hay un español peor que otro español. Es más sensato asumir que en el vasto anfiteatro de la lengua conviven distintas normas de un español transfronterizo, gracias no a sus semejanzas sino a sus diferencias y creatividad. Espero que este congreso supere la distancia artificial entre un español peninsular y otro hispanoamericano, y confirme que en el intercambio trasatlántico se ha forjado una lengua de muchas orillas.

dpa: ¿Cómo ha evolucionado la enseñanza del español en Estados Unidos y cómo es la situación de los docentes de esa lengua en los diferentes niveles educativos?

Ortega: No sé a quién se le ocurrió la tontería de que el español es negocio en este país. No lo es. Los sueldos de los profesores de español siguen siendo los más bajos. Y no se venden más libros en español por el mero hecho de estar en esta lengua. Se requieren, eso sí, más profesores de español que nunca.

Hace una semana, en México, he visto avisos del sistema de escuelas públicas de Texas solicitando maestros de español. Pero no hay que olvidar que los profesores de español, de todo nivel, son mano de obra barata. Peor hoy que nunca, porque aunque ha crecido el número de estudiantes de español básico en las escuelas, el gremio de profesores es de los más pobres y sacrificado. En la Universidad, por primera vez en 20 años, ha descendido el número de estudiantes de español mientras ha crecido el del chino.

También a nivel de estudios superiores, ha bajado el número de estudiantes del doctorado, y casi han desaparecido los puestos estables para profesores de literatura en español.