Kamala Harris visita Corea del Sur en un momento de creciente tensión regional

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, llegó hoy a Corea del Sur, donde se reunió con el presidente Yoon Suk-yeol y visitó la militarizada frontera con el Norte, en un momento de creciente tensión en el que Washington ha desplegado un portaaviones en la región en coincidencia con el lanzamiento este miércoles de dos misiles balísticos en el mar de Japón por Corea del Norte.

Durante su encuentro con Yoon, Harris reafirmó el compromiso de Washington de mantener la llamada "disuasión ampliada" para defender a Seúl ante los avances armamentísticos norcoreanos.

La "disuasión ampliada" fue un compromiso adquirido el pasado mayo por el presidente estadounidense, Joe Biden, durante su cumbre con el propio Yoon, y consiste en desplegar activos estratégicos del Pentágono en la península coreana de "manera coordinada y cuando sea necesario" en función de las acciones de Pionyang.

"La alianza entre la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) y Estados Unidos está evolucionando más allá de la península de Corea hacia una alianza global y se está expandiendo desde una alianza militar hasta una económica y tecnológica", afirmó por su parte Yoon.

La visita de la vicepresidenta, que volará hoy de vuelta a EE.UU., llega después de que Corea del Norte lanzara dos misiles balísticos de corto alcance en la víspera y otro el pasado sábado, todos en aparente respuesta la presencia en aguas del sur de la península del portaaviones de propulsión nuclear estadounidense USS Ronald Reagan.

Durante su visita a la frontera intercoreana, Harris, que pudo ver territorio norcoreano con unos binoculares, condenó estos últimos lanzamientos y acusó a Pionyang de "amenazar la paz y la estabilidad" con su programa de armas de destrucción masiva.

A su vez, Harris y Yoon también condenaron durante su encuentro estos ensayos de armas y hablaron sobre posibles respuestas "a futuras provocaciones potenciales, incluyendo a través de la cooperación trilateral con Japón", según un comunicado de la oficina de la vicepresidenta.

La llegada al poder en mayo del conservador Yoon parece estar permitiendo a Washington impulsar una revitalización de la cooperación, al menos militar, entre Seúl y Tokio, después de que durante el mandato de su predecesor, el liberal Moon Jae-in, las relaciones con Japón se situaran en su peor momento en décadas.

Precisamente hoy mismo se anunció que este viernes el USS Ronald Reagan realizará maniobras conjuntas con las fuerzas navales surcoreana y japonesa en el mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas).

Estos ejercicios antisubmarino se van a centrar en "detectar, identificar y rastrear submarinos norcoreanos equipados con tecnología para lanzar SLBM (misiles balísticos que se disparan desde un sumergible)", según indicó hoy la Armada surcoreana.

El anuncio de las maniobras ha llegado después de que la semana pasada los satélites detectaran preparativos para lo que parece el estreno de un nuevo submarino norcoreano que tendría capacidad para lanzar hasta cuatro SLBM, frente al único misil que es capaz de cargar el único sumergible norcoreano que posee esta tecnología, el Sinpo (también llamado "Gorae", ballena en coreano).

Con respecto a las fuerzas participantes, Corea del Sur aporta a las maniobras el destructor Munmu el Grande, Japón el destructor Asahi y EE.UU. el Ronald Reagan y su grupo de ataque, compuesto por el crucero lanzamisiles USS Chancellorsville y el destructor USS Barry equipado con sistema Aegis.

La última vez que el Ronald Reagan se desplazó a la península para realizar maniobras conjuntas de este tipo fue en septiembre de 2017, en plena escalada de tensión tras el último ensayo nuclear norcoreano hasta la fecha.

Seúl, Tokio y Washington buscan ahora enviar un mensaje de fuerza ante el convencimiento de que el régimen, que ha rechazado toda oferta de diálogo en los últimos tres años y apostado por un plan de modernización armamentística, está listo para realizar un nuevo test atómico.

Al menos, así lo indican desde hace meses las imágenes por satélite captadas en el centro de pruebas atómicas de Punggye-ri (noreste del país).