Kishida aspira a enviar un mensaje a China en las cumbres del G7 y la OTAN

El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, viajará este fin de semana a Europa para participar en las cumbres del G7 en Alemania y en la de la OTAN en Madrid, en las que aspira a enviar un mensaje claro frente al auge militar de China en Asia-Pacífico.

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Imagen de archivo del primer ministro de Japón, Fumio Kishida. EFE/EPA/YOSHIKAZU TSUNO / POOL

Kishida asistirá primero a la reunión de líderes del grupo de los siete que se celebra entre los días 26 y 28 en Elmau (Baviera), en la que se abordarán temas como la lucha contra el cambio climático, la recuperación económica o la guerra de Ucrania, con especial énfasis en la crisis alimentaria derivada del conflicto.

Japón, que tomará el testigo de Alemania en la presidencia de turno del G7 el próximo año, espera que en la cumbre se escenifique unidad ante la agresión rusa y se busquen soluciones al problema del bloqueo de las exportaciones de cereales, según señalaron fuentes del Ministerio de Exteriores nipón.

El país asiático, el único de este continente en el grupo de los siete, se ha sumado a la comunidad internacional en la aplicación de sanciones contra Moscú, aunque mantiene sus proyectos conjuntos con Rusia en las explotaciones de crudo de la Isla Sajalín.

Tras la cita de Elmau, Kishida se desplazará a Madrid para asistir a la reunión de líderes de la OTAN, lo que le convertirá en el primer mandatario japonés en participar en una cumbre de esta alianza, que ha invitado para la ocasión a Japón y a otros tres países de Asia-Pacífico (Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda).

Tanto en el encuentro del G7 como en el de la OTAN, Japón pondrá sobre la mesa el aumento de las tensiones en la región del Indopacífico a raíz de la intensificación de las actividades militares de Pekín y de los desarrollos armamentísticos de Corea del Norte, según las citadas fuentes del ministerio nipón.

Japón aspira a que de las cumbres salga un mensaje claro de advertencia contra Pekín y otro contra Pionyang, que además de haber realizado varios test con misiles balísticos intercontinentales este año, parece tener todo preparado para llevar a cabo un nuevo ensayo nuclear, que sería el primero desde 2017.

El primer ministro nipón ha trazado símiles entre la situación de Ucrania y lo que podría ocurrir en Asia-Pacífico, y en concreto en Taiwán, a raíz de los movimientos militares chinos en el Indopacífico que podrían vaticinar preparativos para una toma por la fuerza de ese territorio autónomo que Pekín considera como parte de China.

"Plantearé que la seguridad de Europa y la del Indopacífico son inseparables, y que cualquier intento de cambio del statu quo unilateral no debería ser tolerado en ninguna parte del mundo", dijo Kishida en una rueda de prensa la semana pasada, cuando anunció oficialmente su participación en la reunión de Madrid.

Tokio confía en que la cumbre de Madrid sirva para profundizar sus lazos con la OTAN, una alianza con la que el archipiélago nipón colabora ya en diferentes aspectos como el intercambio de información o la seguridad marítima, a raíz de los acuerdos sellados en 2010.

Esta cooperación se antoja cada vez más relevante para un país que depende de Estados Unidos en materia de defensa, y que además de la amenaza norcoreana y del auge de China, con el que mantiene una disputa territorial por las islas Senkaku, afronta tensiones crecientes con Rusia.

Como represalia por las sanciones niponas tras la invasión de Ucrania, Moscú decidió cancelar su diálogo con Tokio para la firma de un tratado de paz, pendiente entre estos países vecinos desde finales de la II Guerra Mundial debido al escollo de otra disputa territorial sobre las islas Kuriles del Sur.

Rusia, además, ha participado en los últimos meses en sucesivas maniobras navales y aéreas conjuntas con China que han tenido lugar en las proximidades del archipiélago nipón, y que han sido calificadas por Tokio como una "preocupante" demostración de músculo militar.

Durante la cumbre de Madrid, el primer ministro japonés planea también participar en un encuentro a cuatro bandas con el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, y con sus homólogos de Australia y Nueva Zelanda, Anthony Albanese y Jacinda Ardern, según adelantaron los medios locales.

El encuentro se centraría en promover la idea de un "Indopacífico libre y abierto", la expresión acuñada por Tokio y Washington para contrarrestar la pujanza de China en la región.

El Ejecutivo nipón no ha confirmado por el momento si la agenda de Kishida incluirá otros encuentros bilaterales durante la cumbre de Elmau ni durante la de Madrid.

En la reunión del G7, Kishida también tiene previsto presentar sus planes para celebrar la cumbre de líderes de estos países del año próximo en Hiroshima, ciudad del oeste de Japón que fue la primera en ser bombardeada con armas nucleares en 1945.