La carrera presidencial iraní arranca con el conservador Raisí como favorito

El anuncio de los candidatos aceptados para disputarse la Presidencia iraní el próximo junio encumbró como claro favorito en los comicios al jefe del Poder Judicial, el conservador Ebrahim Raisí, y sorprendió al excluir a varios aspirantes con posibilidades, como Alí Lariyaní.

Solo siete personas de las 592 que se registraron lograron superar el filtro del poderoso Consejo de Guardianes, formado por seis juristas y seis clérigos conservadores y encargado de aprobar las candidaturas a las elecciones.

La lista oficial difundida hoy por el Ministerio del Interior muestra la situación preferente de los conservadores de cara a la cita electoral del 18 de junio y hace temer una baja participación debido a la escasa competitividad que se vislumbra.

EL AUGE DE RAISÍ

Como se especulaba incluso antes de que anunciara su candidatura, el favorito de estas presidenciales es Raisí, quien ocupa desde principios de marzo de 2019 la jefatura del Poder Judicial y se presenta como "independiente".

Es, no obstante, un clérigo ultraconservador que en un futuro podría llegar a ser líder supremo de Irán y que en los comicios de 2017 fue el principal rival del actual presidente, Hasan Rohaní, quien no puede optar a la reelección al haber cumplido ya dos mandatos consecutivos.

El analista político Ardeshir Pashang, del Centro de Estudios Estratégicos de Oriente Medio de Teherán, aseguró a Efe que "el candidato más relevante" es Raisí y que "ha habido una seria cohesión de facciones detrás de él".

En favor de Raisí ya renunciaron anoche el importante general y exministro de Defensa Hosein Dehqan y el exministro de Petróleo Rostam Qasemí. También se espera que a lo largo de la campaña electoral otros de los aspirantes conservadores le den su apoyo.

Entre los candidatos conservadores aceptados por el Consejo de Guardianes destacan Mohsen Rezaí, secretario del Consejo de Discernimiento y antiguo comandante de la Guardia Revolucionaria, y Saíd Yalilí, quien fue secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y negociador nuclear en el pasado.

Concurrirán también otros dos aspirantes de este bloque, aunque con un perfil más bajo: el vicepresidente del Parlamento Amir Hosein Qazizadeh Hashemí y el diputado Alireza Zakaní.

Al inscribirse como candidato a mediados de mes, Raisí dijo que busca crear "un Irán fuerte" y resolver problemas como "la débil gestión ejecutiva y el enfoque desviado de los ideales fundamentales" de la Revolución Islámica de 1979.

EL SORPRENDENTE VETO A LARIYANÍ

Se esperaba que el gran rival de Raisí en las presidenciales fuera Lariyaní, quien fue presidente del Parlamento iraní durante 12 años, entre 2008 y 2020, y actualmente se desempeña como asesor del líder supremo, Alí Jameneí.

El rechazo de su candidatura ha causado estupor y ha llevado incluso a Raisí a interceder y realizar consultas con el objetivo de que -señaló el clérigo- "el escenario electoral sea más competitivo y participativo".

En opinión del analista Pashang, "la composición de la lista de candidatos aprobados no crea una competición seria" y esto tendrá "una influencia negativa sobre la participación".

En un comunicado, Lariyaní explicó que se presentó como candidato "de acuerdo con el deber islámico, nacional y revolucionario" y que estaba decidido a "resolver los problemas que enfrenta la nación".

Aceptando el veto, agradeció a "todos aquellos que expresaron su gratitud en este corto período de tiempo" e instó a que la población vote en las elecciones pese a su descalificación.

De forma opuesta lo ve otro de los vetados, el expresidente conservador Mahmud Ahmadineyad, quien advirtió en una reciente entrevista con Efe de que en caso de ser rechazado la participación electoral sería "muy baja" y él no votaría ni apoyaría a ningún candidato.

LOS REFORMISTAS, EN HORAS BAJAS

Tampoco ha sido aceptado por el Consejo de Guardianes el actual primer vicepresidente, Eshaq Yahanguirí, cuyo veto no se esperaba y deja "huérfano" en estas elecciones al sector reformista y moderado del país.

Yahanguirí partía como el preferido de este sector tras la decisión del jefe de la diplomacia Mohamad Yavad Zarif de no concurrir a los comicios.

Según Pashang, los reformistas querían presentar como su principal candidato a Zarif, pero su posible candidatura quedó frustrada tras filtrarse una grabación en la que se mostraba crítico con la Guardia Revolucionaria.

Al quedar descartado Yahanguirí y también Laiyaní, quien a juicio del experto era "un candidato de consenso de los moderados y los reformistas", ese sector "tendrá una situación difícil en las elecciones".

Los únicos candidatos aprobados que pueden ser considerados representantes de este bloque son el gobernador del Banco Central, Abdolnaser Hematí; y el exvicepresidente Mohsen Mehralizadeh, pero, como afirmó el analista, son "poco conocidos ni influyentes".

A partir de hoy, los candidatos pueden comenzar su campaña electoral, que terminará 24 horas antes de la cita con las urnas, en la que parece que lo único que va a estar en juego es la participación.