"Tras el alto el fuego que se acordó, la elección que ha tenido lugar ahora muestra que Libia va en la dirección adecuada", dijo Guterres en declaraciones a los periodistas, unas horas después del anuncio del nuevo Ejecutivo de unidad salido del Foro de Diálogo Político Libio (FDPL) que Naciones Unidas auspició en Ginebra.
El foro, integrado por 75 cargos electos de toda Libia, eligió al diplomático Mohammad Younes Menfi como presidente del nuevo Gobierno de transición que deberá convocar las elecciones del próximo 24 de diciembre, con las que el país norteafricano intentará dar carpetazo a seis años de guerra civil.
Menfi, con fuertes vínculos con Turquía y que en diciembre de 2019 fue expulsado como embajador libio en Grecia por su apoyo a Ankara, fue el sorprendente ganador de un proceso celebrado esta semana a las afueras de Ginebra, en el que el FDPL (un organismo creado "ad hoc" por la ONU) eligió un Gobierno de unidad conforme a un acuerdo sellado el pasado noviembre en Túnez.
Para el jefe de la organización, este paso es un "éxito" que, unido al cese de las hostilidades en vigor, puede finalmente conducir al final de la guerra civil.
Preguntado por la posibilidad de que las fuerzas del este de Libia, capitaneadas por el mariscal Jalifa Hafter, rechacen la lista ganadora, una posibilidad de la que advierten algunos observadores, Guterres recalcó que el proceso tuvo el respaldo de todas las partes y se desarrolló de forma transparente e inclusiva.
"Mi llamamiento a todos es que reconozcan y acepten estos resultados y que trabajen con las nuevas autoridades elegidas. Es absolutamente esencial unificar Libia y avanzar hacia la paz", insistió el diplomático portugués.
La lista de cuatro candidatos que logró, en tercera vuelta, la mayoría necesaria para ser elegida este viernes está liderada por Menfi, quien será el presidente del nuevo Consejo Presidencial, mientras que Mossa Al-Koni y Abdullah Hussein Al-Lafi serán vicepresidentes, y Abdul Hamid Mohammed Dbeibah actuará como primer ministro.
La lista derrotó a la que a priori partía como favorita, encabezada por el presidente del Parlamento en Tobrouk (enfrentado al Gobierno de Trípoli apoyado por la ONU), Aquilah Saleh.