Guterres, en una intervención por videoconferencia ante el Consejo, advirtió que si no se extiende la autorización, habrá "consecuencias devastadoras".
El actual permiso del Consejo de Seguridad, que autoriza a Naciones Unidas y sus socios a entregar ayuda humanitaria desde Turquía a la población del último bastión opositor de Siria, expira el próximo 10 de julio y Rusia ha amenazado repetidamente con vetar cualquier intento de prorrogarlo.
Hace un año, Rusia ya forzó a cerrar otros puntos de acceso humanitario a zonas rebeldes de Siria y a dejar las operaciones de la ONU limitadas a un único cruce desde Turquía.
Otras potencias del Consejo de Seguridad, en especial Estados Unidos, han impulsado en los últimos meses una importante campaña diplomática para tratar de mantener abierto ese último punto de acceso y, si es posible, recuperar otros.
También lo demandan organizaciones no gubernamentales como Médicos Sin Fronteras (MSF) o Human Rights Watch (HRW), que han advertido repetidamente del impacto dramático que el fin de estas operaciones de ayuda tendría para los más de 4 millones de personas que viven en esa zona de Siria.
Rusia, el gran aliado del régimen de Bachar al Asad, insiste en que la provincia siria de Idlib está en su mayoría controlada por grupos terroristas que mantienen a la población como "rehenes" y que se aprovechan de esa ayuda, por lo que demanda que toda se canalice desde Damasco.
Según la ONU, sin embargo, las posibles entregas de ayuda desde la capital a través de las líneas del frente -que hasta ahora no se han materializado- no pueden en ningún caso sustituir el tipo de asistencia que se está entregando desde el exterior.
Guterres dijo hoy que la organización está manteniendo conversaciones para tratar de empezar operaciones cruzando el frente pronto, pero subrayó que “nunca podrán reemplazar” la cantidad de ayuda que se suministra desde Turquía.
"En los últimos doce meses hemos estado llevando a cabo gigantescas operaciones transfronterizas en el noroeste, con más de mil camiones cruzando un único punto cada mes. Cada paso de la entrega se vigila escrupulosamente por personas sobre el terreno para asegurar que la ayuda no se desvía y llega a los beneficiarios a los que corresponde", defendió el diplomático portugués.
"Llamo a los miembros del Consejo a lograr un consenso para permitir las operaciones transfronterizas como un canal vital de apoyo durante otro año", insistió, recordando que la situación de la población en esa zona sigue siendo dramática.