La ONU ve un rayo de esperanza entre la guerra, pobreza y COVID-19 en Yemen

Los representantes de Naciones Unidas para el Yemen, sumido en una guerra civil desde 2014, han asegurado este jueves que existe una oportunidad para avanzar hacia la paz, a pesar de violaciones al alto el fuego, la expansión del COVID-19 y otras enfermedades y los problemas económicos que afronta la población, en un momento en el que las agencias de ayuda humanitaria de la ONU afrontan graves déficits de financiación.

Etiquetas: 

"Tengo la esperanza de ilustrar al Consejo de Seguridad que el final de los combates en Yemen está cerca", dijo Martin Griffiths, el enviado especial del secretario general de la ONU, António Guterres, en la reunión mensual del máximo órgano de Naciones Unidas sobre este país de la península Arábiga.

Tras su repaso de la actualidad en el Yemen, Griffiths insistió en que esperaba poder informar en su próxima comparecencia, dentro de un mes, que sus negociaciones con todas las partes han sido un éxito.

"Me complace informar de que hemos visto un progreso significante en esas negociaciones, en particular, respecto al alto el fuego", aseguró.

En su último resumen de la situación ante el Consejo de Seguridad, el pasado 16 de abril, Griffiths ya destacó avances en las negociaciones para un cese formal de las hostilidades por ambas partes.

En la actualidad está vigente un alto el fuego unilateral decretado por la coalición encabezada por Arabia Saudí, que apoya al gobierno reconocido internacionalmente de Abdo Rabu Mansur Hadi y que se enfrenta a los rebeldes hutíes de Ansar Alá.

Griffiths puntualizó que la tregua que negocia con las partes es parte de un paquete de medidas sobre las que todavía existen discrepancias, sobre todo en cuestiones económicas y humanitarias.

Entre ellas citó la creación de una sala de operaciones conjunta para luchar contra la expansión del COVID-19 cuya propagación, según subrayó, se desconoce "debido a los bajísimos niveles en el número de análisis que se realizan".

En este sentido el vicedirector de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Ramesh Rajasingham, explicó que se han registrado 13 muertes por COVID-19 y 72 contagios y destacó que los últimos 62 casos se detectaron en los últimos diez días.

CONTINÚAN LOS COMBATES

Por otra parte, Griffiths mostró su preocupación por los combates en la provincia de Marib así como en Al Baida y Al Dali, e indicó que la ciudad de Al Hudeida las "violaciones del cese el fuego" se producen "demasiado a menudo".

Asimismo, expresó su "profunda preocupación" por la situación en el sur de país, controlado por el gobierno de Hadi, y donde los secesionistas del Consejo Transitorio Sureño (CTS) declararon el pasado 25 de abril la autonomía del Yemen meridional, rompiendo con sus socios de Gobierno en el sur, que opera desde la ciudad de Aden.

Griffiths destacó la importancia de que ambas partes alcancen una acuerdo, así como que el CTS tenga garantizada su representación en las conversaciones de paz a nivel nacional.

LA ONU SE QUEDA SIN FONDOS PARA YEMEN

En su intervención telemática, Rajasingham hizo hincapié al Consejo de Seguridad en que la OCHA ha realizado un llamamiento de emergencia a los países donantes para recaudar 2,000 millones de dólares para que se puedan mantener las actividades esenciales hasta diciembre.

"De los 41 programas de la ONU, 31 empezarán a cerrar en las próximas semanas si no podemos garantizar fondos adicionales", advirtió el responsable humanitario.

El conflicto armado en Yemen comenzó en 2014, cuando los rebeldes hutíes se alzaron en armas contra el Gobierno del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi y tomaron la capital, Saná.

En marzo de 2015 la coalición liderada por Arabia Saudí inició su intervención militar en apoyo de Hadi haciendo que la violencia se recrudeciera y la guerra tomara una dimensión regional.

La guerra ha desencadenado una de las peores crisis humanitarias del mundo y ha degradado la ya de por sí limitada infraestructura sanitaria del país, lo que convierte a Yemen en lugar de alto riesgo para la expansión del COVID-19.