La situación humanitaria empeora en Ucrania y hace falta más ayuda, según la ONU

La situación humanitaria en Ucrania sigue deteriorándose como consecuencia de los enfrentamientos militares y es necesario ampliar el suministro de ayuda en el país, donde se calcula que casi un 40 % de la población depende de este tipo de asistencia, advirtió este lunes Naciones Unidas.

En una comparecencia ante el Consejo de Seguridad, el jefe humanitario de la organización, Martin Griffiths, explicó que hace falta llegar a "más gente y más a menudo", en un momento en el que no hay ninguna señal de que la violencia pueda reducirse.

Griffiths llamó la atención en concreto sobre las dificultades para llevar apoyo a la población que se encuentra en zonas ocupadas por Rusia.

"El acceso humanitario a áreas bajo control militar temporal de la Federación Rusa se ha hecho cada vez más impredecible y presenta más obstáculos", señaló el responsable de Naciones Unidas, que lamentó que no se hayan conseguido acuerdos para fletar ningún convoy con ayuda a través de las líneas del frente.

Griffiths recordó que, cuando se acerca el primer aniversario de la invasión rusa, se ha confirmado la muerte de más de 7.000 civiles y hay unos 17,6 millones de personas que necesitan asistencia humanitaria.

Además, casi 8 millones de personas han huido a países vecinos y unos 5,3 millones se ha convertido en desplazados internos, según los datos de la organización.

A pesar de que insistió en la importancia de hacer más, Griffiths destacó también el esfuerzo humanitario que se está haciendo en Ucrania, donde se ha dado apoyo hasta ahora a casi 16 millones de personas -más de 1,3 millones de ellos en zonas no controladas por Kiev- y donde están trabajando más de 650 organizaciones que abarcan todas las provincias.

La situación humanitaria centró la reunión sobre Ucrania celebrada hoy en el Consejo de Seguridad, en la que como es costumbre Rusia y las potencias occidentales volvieron a cruzarse todo tipo de acusaciones.

La embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, denunció los ataques rusos contra infraestructuras básicas ucranianas como una forma de castigar a los civiles y acusó a las tropas rusas de actuar contra organizaciones que facilitan la ayuda humanitaria.

Además, denunció nuevamente el supuesto traslado forzado de niños ucranianos a Rusia: "es difícil imaginar la crueldad de ser forzado a vivir en el país que mató a tus padres y tener que repetir la propaganda que personalmente te ha causado tanto sufrimiento".

En respuesta, el representante adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, destacó que de los alrededor de ocho millones de ucranianos que han dejado el país, unos tres millones han ido a Rusia.

"Esto no es la deportación forzada de la que hablan nuestros socios occidentales. Esto es gente que ha elegido su futuro y que ha rechazado al régimen de Kiev", insistió.

El diplomático argumentó además que son las armas que facilitan Europa y Estados Unidos a Ucrania las que están alargando el conflicto y frenando las perspectivas de paz.