Los activistas latinos por los derechos humanos miran al futuro con optimismo

Desde Afganistán, Etiopía, Nigeria o México, catorce activistas se han unido en Bruselas para compartir experiencias y romper barreras. Son los participantes de la fundación del premio Sájarov de la Eurocámara, que este año cuenta con un mentor venezolano, Lorent Saleh, y un participante mexicano que miran con optimismo el futuro de las luchas globales por los derechos humanos.

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El activista de derechos humanos Lorent Saleh (c), en una imagen de archivo. EFE/Mauricio Dueñas Castañeda

Saleh, uno de los galardonados en 2017 con el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo, es mentor en la quinta edición de este encuentro que permite a catorce activistas juntarse durante dos semanas en Bruselas y Venecia para acudir a conferencias, formarse para ser más eficaces en su labor y conocer las experiencias de otros compañeros.

Este año el evento, el primero que se organiza de manera presencial desde 2019 por la pandemia, cuenta con participantes de Afganistán, Camerún, Chile, Egipto, Etiopía, Hong Kong, Indonesia, Irán, Irak, México, Macedonia del Norte, Nigeria, Rusia y Ucrania.

"Yo soy muy optimista de cara al futuro. Porque cada vez veo a los jóvenes más sensibilizados, más interesados, más preparados, mejor formados para hacer un mundo mejor", comparte Saleh en una entrevista con Efe.

El exdirigente estudiantil venezolano, que reside actualmente en Galicia, fue liberado y enviado a España en octubre de 2018 tras pasar cuatro en una cárcel venezolana acusado de participar en la comisión de "delitos contra el orden constitucional en el marco de graves acciones dirigidas a generar violencia, desestabilización y alteración de la paz".

Saleh acudió este miércoles con algunos participantes del programa al Parlamentarium, un museo de la Eurocámara, donde se acaba de inaugurar una zona que ahora exhibe su historia y el mapa del trayecto que le llevó de Caracas a Madrid que le regaló el capitán de aquel vuelo.

Conmovido al ver el mapa, Saleh señaló que la exposición y su papel como mentor de los activistas "le alegra mucho y le llena de responsabilidad": "Ver cómo los jóvenes de hoy tienen mucha más sensibilidad a temas como el respeto a la dignidad humana a uno lo entusiasma. Me impacta porque cada vez son más jóvenes, mucho más inteligentes y mucho más integrados", explicó.

Uno de esos activistas a los que el Parlamento Europeo ha unido en esta plataforma es el mexicano Jorge Reyes, un investigador en la Universidad Iberoamericana que ha reunido pruebas sobre desapariciones forzosas y tumbas clandestinas en su país durante años, además de investigar sobre los derechos de mujeres, menores, pueblos indígenas y la comunidad LGTBIQ+, entre otros.

"A veces cuando trabajamos temas de derechos humanos parece que es un poco pesimista la situación, pero más bien (hay que) reconocer que es una lucha constante y que va poco a poco, pero sí hay resultados. Y ver que hay personas jóvenes que siguen trabajando en esto, nos llena mucho de optimismo", coincide Reyes en una conversación con Efe.

Reyes afirmó que participar en la plataforma le está permitiendo "conocer las diferentes luchas para defender los derechos humanos alrededor del mundo", y consideró clave que los activistas se conozcan entre ellos "para unir fuerzas y ver qué otras estrategias podemos tener y cómo está avanzando la defensa de los derechos humanos en el mundo".

Durante esta primera semana en Bruselas, los participantes en el programa centrarán su formación en las políticas e instrumentos de la UE en apoyo de los defensores de los derechos humanos, el acceso a la financiación, el desarrollo de las capacidades de comunicación y la concienciación sobre los retos específicos de seguridad a los que se enfrentan los defensores de los derechos humanos.

A continuación, en el Campus Global de Derechos Humanos de Venecia, recibirán formación sobre la legislación, los instrumentos y los mecanismos internacionales de derechos humanos con el estudio de casos, y herramientas prácticas para mejorar el trabajo de los defensores de las libertades fundamentales para lograr cambios sobre el terreno.