Los militares de Sudán presionan para que acabe la acampada opositora

La junta militar que gobierna Sudán presionó hoy a los opositores para que pongan fin a la acampada multitudinaria que mantienen frente a la sede del Ejército desde el pasado 6 de abril, pero el llamamiento fue desoído por miles de activistas.

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El vicepresidente de la junta militar, Mohamed Hamdan Daqlo, manifestó la voluntad de negociar la formación de un Gobierno de transición con los civiles, a condición de que se acabe el "caos" a partir de hoy.

"Nos comprometemos a negociar, pero sin caos a partir de hoy", repitió tres veces el general Daqlo, conocido en el país como Hmedti, en un discurso televisado.

Sin embargo, el llamamiento fue ignorado por miles de activistas que salieron a las calles en signo de protesta y se concentraron por la tarde en la acampada opositora que se levanta frente a los principales edificios militares de Sudán.

"Libertad, paz y justicia. El pueblo elige (un Gobierno) civil", gritaban miles de personas en las calles de Jartum horas después del pronunciamiento de los militares, según imágenes difundidas por televisiones árabes.

Como cada día desde el pasado 6 de abril, los manifestantes se concentraron al final de la tarde en la gran explanada que se sitúa frente a la sede de las Fuerzas Armadas, lugar que ha sido el epicentro de las manifestaciones que llevaron al derrocamiento del presidente Omar al Bashir el pasado día 11.

En su pronunciamiento de este martes, los militares afirmaron que no están en contra de las protestas, pero demandaron que cesen las manifestaciones para "devolver las calles al pueblo".

En concreto, general Daqlo indicó que los militares quieren liberar el tráfico de una línea de tren de cercanías y de un puente sobre el río Nilo Azul, que se mantienen cerrados desde el inicio de la acampada.

El general trató de empatizar con los opositores e hizo hincapié en que los militares forman parte de la "revolución" que llevó al derrocamiento de Al Bashir, quien encabezó un golpe de Estado en 1989 y se mantuvo tres décadas en el poder sostenido por los militares y los islamistas.

"Todo el mundo nos mira como si fuéramos una extensión del régimen anterior, pero formamos parte de la revolución. Si esto fuera verdad, no hubiera existido revolución, pero nuestro interés es que las calles se abran al pueblo", subrayó el militar.

La presión de los sudaneses en las calles alentó a los militares a derrocar a Al Bashir y, después, ha contribuido a que hagan cesiones a los opositores, incluido el cese de algunos generales que ocuparon puestos claves en la junta militar.

La junta militar también anunció este martes que su presidente, el general Abdelfatah al Burhan, encabezará el Consejo Soberano, el organismo que ejercerá el poder en la fase transitoria y que, presumiblemente, también estará integrado por civiles.

El pasado sábado, los militares y los principales grupos de oposición llegaron a un acuerdo para constituir el Consejo Soberano, pero todavía no se ha precisado su composición, sus competencias ni el plazo en el que se mantendrá en el poder.

Las principales divergencias entre ambos bandos son el peso que tendrán los militares en este Consejo Soberano y cuánto tiempo durará el periodo transitorio.

A pesar del llamamiento de los militares a acabar con las manifestaciones, la Asociación de Profesionales, el grupo que ha liderado las protestas, convocó una nueva marcha para el próximo jueves.

La manifestación se concentrará frente a la sede del Ministerio de Cultura e Información para pedir que la televisión y radio públicas den más espacio en sus informativos a la "revolución".

A pesar del derrocamiento de Al Bashir, los militares han mantenido las manifestaciones para presionar a los militares para que entreguen el poder a una autoridad civil.