El presidente y su esposa acudieron al campus del centro escolar Sidwell, una institución privada situada en Washington, cerca de la Catedral, donde fueron informados de los pormenores del arranque del curso académico de sus dos hijas, de 9 y 12 años.
El presidente ha señalado en numerosas ocasiones que su llegada a la Casa Blanca no afectaría a su vida familiar y procurarían que la vida de sus hijas cambiara lo menos posible.
El pasado año también participaron en este encuentro de padres y maestros y es habitual que los Obama acudan a los partidos de fútbol o baloncesto en los que juegan sus hijas, como una familia más.
Este verano, la pequeña Sasha disfrutó con su madre de unas vacaciones en España en las que visitaron las ciudades andaluzas de Marbella, Granada y Ronda y la isla de Palma de Mallorca.