Que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de 52 años, está en plena forma y que la primera dama Michelle, de 50, tiene una huerta en la parte trasera de la casa y pregona la alimentación sana es conocido desde hace tiempo.
Pero el diario asegura que la onda sana va mucho más allá. De hecho, los críticos ya se burlan de estos "freaks" de la vida sana.
Según el informe, en las diferentes secciones de la residencia presidencial hay verdaderos concursos en lo que a vida sana se refiere, en los que se suman puntos que son registrados en detalle y contabilizados el fin de semana. Obama mismo insta a sus empleados a sudar en el gimnasio e incluso parece que se burla de los que no están en forma como él.
Un empleado de la primera dama recuerda con nostalgia los tiempos en los que en la Casa Blanca se podía conseguir "comida basura", cuando, por ejemplo, el ex presidente Bill Clinton hacía una pausa en su rutina de entrenamiento para pedir una hamburguesa en una cadena de comida rápida. O George W. Bush, que también es un aficionado a la salud, pedía cada tanto una hamburguesa para la cena.