Los transportes, muy afectados por la huelga contra la reforma de pensiones en Francia

Los transportes estuvieron esta mañana muy afectados en Francia por la huelga contra la reforma del sistema de pensiones, en particular la circulación de trenes y las redes urbanas de un centenar de ciudades, y también los aviones.

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Centenares de personas gritan consignas durante una manifestación el 7 de septiembre contra la reforma de las pensiones en Marsella (Francia).

La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) había pedido a las compañías aéreas la supresión de la cuarta parte de los vuelos habitualmente programados en los dos aeropuertos de París, debido a que los controladores aéreos se habían declarado en huelga.

Un portavoz de la DGAC dijo que hay algunos retrasos, pero que el tráfico aéreo se desarrolla según las previsiones indicadas respecto a anulaciones de vuelos.

En los trenes, desde primera hora se cumplieron las previsiones de la compañía estatal SNCF, lo que significaba que sólo estaban en servicio dos de cada cinco trenes de alta velocidad (TGV), uno de cada cuatro del resto de convoyes de largo recorrido o la mitad de los regionales.

La dirección de la SNCF informó de que durante la mañana registró un apoyo a la huelga del 42.9 por ciento de la plantilla, mientras que el sindicato CGT aseguró que los huelguistas alcanzaron el 51.8 por ciento, más que en el paro del pasado 24 de junio.

Los Eurostar que enlazan París con Londres eran los únicos que se mantenían normalmente, mientras en los Thalys que comunican París con Bélgica, Holanda y Alemania, se habían suspendido uno de cada cinco de los programados habitualmente, al igual que uno de cada diez de los Lyria que van de la capital francesa a Ginebra y Lausana.

La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) había tenido que anular todos los trenes de noche, lo que incluye los Talgo que comunican París con Madrid y Barcelona.

En la capital francesa, el sistema de transporte urbano estaba algo menos alterado de lo que se temía, con una circulación prácticamente normal en la mitad de las 14 líneas de metro.

Los problemas eran mucho más importantes en los trenes de cercanías, de forma que no había casi ningún convoy en el corredor del RER B, que atraviesa la ciudad de norte a sur y conecta con los dos aeropuertos.

Las perturbaciones en el transporte público tenían un impacto directo en el tráfico rodado, y así desde antes de las 8.00 locales en las carreteras y autopistas de la región de París se contabilizaban 200 kilómetros de retenciones.

En la educación, según los datos oficiales se registró un apoyo a la huelga del 29.3 por ciento de media entre los profesores de enseñanza primaria y secundaria, aunque el sindicato FSU aseguró que la huelga era seguida por más del 60 por ciento en primaria y por el 55 por ciento en secundaria.

En el servicio de Correos (La Poste) el seguimiento de la huelga alcanzó durante la mañana al 22.7 por ciento del personal, según la dirección de la empresa pública gala.

La convocatoria de huelga lanzada por los principales sindicatos del país, que cuenta con el apoyo de más del 60 por ciento de la población -según encuestas recientes-, pretende tumbar la reforma de las pensiones, cuyo debate parlamentario se inicia hoy.

Para el presidente francés, Nicolas Sarkozy, como él mismo ha dicho se trata la reforma más importante de su mandato y el punto principal es retrasar la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años, con un aumento de 65 a 67 años para aspirar a una pensión completa.

El verdadero reto para los sindicatos es conseguir en las alrededor de 200 manifestaciones organizadas por todo el país sacar a la calle a más de los dos millones de manifestantes, que fue la cifra que dieron en la anterior huelga por las pensiones el pasado 24 de junio.