Macedonia arde, los críticos culpan al gobierno

Las imágenes de la ciudad macedonia de Kumanovo parecían de guerra. La policía avanzó con tanques y recurrió a la unidad especial "Tigre" para actuar contra albaneses que a su vez estaban armados con ametralladoras y granadas. Son "terroristas de un país vecino", aseguró la ministra del Interior Gordana Jankulovska. Pero, continuó, cuentan con un fuerte respaldo de la población albanesa local. Los ocho policías muertos y más de 35 oficiales heridos, por un lado, y los 14 albaneses caídos, por el otro, son sólo una cifra preliminar de víctimas.

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La Unión Europea dijo estar "profundamente preocupada" y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) dijo "condenar la violencia". Hace tan sólo unos meses se habían escuchado alertas de funcionarios europeos sobre las divisiones políticas internas aparentemente irreconciliables que existían en la región.

Se instó a los bandos a sentarse a una mesa de diálogo, pero la mediación de la UE, tal como la reclamaba el país, nunca tuvo lugar. En Bruselas una serie de políticos de segundo rango del Parlamento Europeo intentaron instaurar la paz, pero sus propuestas fueron tímidas, limitadas y no consiguieron apuntarse ningún logro.

El conflicto que podría tildarse de guerra civil llegó a un fin en 2001 bajo mediación de la UE, y tal vez por eso no eran pocos los que esperaban que ahora se lograra algo similar.

Pero la pregunta pricipal es: ¿Quién está detrás de estos combates? ¿Y por qué ahora? La oposición, algunos periodistas y representantes de la sociedad civil sostienen que el jefe de gobierno Nikola Gruevski, en el cargo desde 2006 y acusado por círculos opositores por presunta participación en hechos criminales y de corrupción, espoleó el conflicto para que la atención no estuviera puesta en las denuncias hechas en su contra.

Su renuncia fue exigida en las calles de numerosas ciudades la semana pasada. Las manifestaciones fueron reprimidas en parte con un importante uso de la fuerza, pero la oposición ha vuelto a convocar una protesta para el 17 de mayo en la capital del país. Apuntan a forzar una salida del primer ministro.

Ahora bien, existe otra hipótesis. Hay quienes dicen que algunos líderes de la población albanesa de Macedonia, que representa un 30 por ciento del país, están dispuestos a avivar conflictos como cortina de humo para poder llevar adelante sus negocios ilegales. Kumanovo está, en efecto, en una región limítrofe entre Macedonia, Serbia y Kosovo. Los albaneses que trafican entre esas fronteras viven de ambos lados da frontera.

Es un negocio lucrativo, y el Estado permite que exista esa zona libre de controles. Se cree que es un modo de mantener el respaldo del socio menor albanés del gobierno, el DUI.

La oposición boicotea desde hace más de un año las discusiones parlamentarias porque asegura que en las últimas elecciones legislativas los seguidores de Gruevski cometieron un fraude a mayor escala.

Lo cierto es que el primer ministro tiene posiciones muy bien conquistadas: hace una semana fue reelegido presidente del partido de gobierno por un 100 por ciento de los votos. (DPA)