Los manifestantes, convocados por el sindicato Unia, recorrieron el centro de la ciudad de Basilea, donde Novartis tiene su sede mundial.
Centros de producción en las ciudades de Basilea y en Nyon-Prangins serán afectados con la reducción de personal, que será la consecuencia de la deslocalización de una parte de las actividades de Novartis fuera de Suiza.
El sindicato Unia presentó esta semana una petición pública para que la compañía busque alternativas a la supresión de empleos y para que sus directivos renuncien a sus bonos anuales y los accionistas a los dividendos.
Del recorte anunciado de personal, 1,100 corresponden a Suiza y 700 a Estados Unidos, los países más afectados, como parte de su estrategia de reducción de costes y aumento de la productividad.
En contrapartida, la farmacéutica anunció que creará 700 empleos, pero en países donde los salarios son más bajos.