Más de 200 ONG piden a la ONU un embargo de armas sobre Birmania

Más de 200 organizaciones no gubernamentales se unieron este miércoles para pedir al Consejo de Seguridad de la ONU la imposición inmediata de un embargo de armas sobre Birmania en respuesta a los abusos cometidos por la junta militar que dirige el país tras el golpe de Estado del pasado febrero.

"Ningún Gobierno debería vender una sola bala a la junta bajo estas circunstancias. Imponer un embargo de armas global sobre Birmania es el paso mínimo necesario que el Consejo de Seguridad debería dar en respuesta a la creciente violencia de los militares", señalaron en una declaración conjunta.

Las ONG, entre las que figuran Human Rights Watch, Amnistía Internacional o el Global Centre for the Responsibility to Protect, urgieron al Reino Unido -país responsable del dossier birmano en el Consejo de Seguridad- que empiece cuanto antes negociaciones para imponer ese embargo de armas.

Hasta ahora, los miembros del Consejo de Seguridad han buscado la unidad en todo lo referente a la crisis birmana y han adoptado varias declaraciones condenando la violencia, pero sin tomar medidas concretas, a las que se oponen entre otros Rusia y China.

"El tiempo de declaraciones ha pasado. El Consejo de Seguridad debería llevar su consenso sobre Birmania a otro nivel y acordar acciones inmediatas y sustanciales", señalaron las organizaciones no gubernamentales.

En una conferencia de prensa, el director para la ONU de Human Rights Watch, Louis Charbonneau, defendió que la imposición del embargo de armas -además de dificultar la represión por parte de los uniformados- convertiría a la junta militar en un "paria" en la escena internacional.

Los militares, que tomaron el poder en un golpe de Estado el pasado 1 de febrero, han matado a al menos 769 civiles, en su mayoría manifestantes antijunta que han sido reprimidos con armas militares y torturados por los uniformados.

Sin embargo, los birmanos continúan protestando a diario, en ocasiones con estrategias como las manifestaciones relámpago, que se disuelven antes de que lleguen las fuerzas de seguridad.

Algunos manifestantes han optado por la resistencia violenta, llegando a matar con armas de caza a miembros del Ejército y han formado milicias o se han unido a grupos étnicos armados.

Desde el levantamiento militar, también se han incrementado las ofensivas entre el Ejército birmano y algunas guerrillas como los rebeldes Ejército de Liberación Nacional Karen (KNLA, sigla en inglés) y el Ejército para la Independencia Kachin (KIA, sigla en inglés), lo que ha provocado al menos 20 muertos y más de 40,000 desplazados.