Microsoft: hackers iraníes intentaron atacar campaña presidencial en EE.UU.

Microsoft reveló este viernes que un grupo de piratas informáticos con vínculos con el Gobierno de Irán trató de acceder a cuentas de la campaña de un candidato a la Presidencia de EE.UU., de varios funcionarios del Gobierno y de periodistas que cubren política internacional.

La empresa con sede en Redmond (estado de Washington, oeste de EE.UU.) emitió un comunicado en el que explicó que detectó más de 2.700 intentos con origen en Irán en un período de 30 días entre agosto y septiembre.

Los ataques iban dirigidos a 241 cuentas de correo electrónico de clientes de Microsoft y, además de a políticos estadounidenses y periodistas, también incluían a "iraníes destacados que viven fuera de Irán".

La empresa creadora del sistema operativo Windows aseguró que los hackers solo lograron acceder a cuatro de las cuentas, y que ninguna de ellas estaba vinculada a la campaña del candidato presidencial, de quien no revelaron la identidad ni si se trata de un demócrata o un republicano.

El grupo de piratas informáticos que llevaron a cabo esta operación es conocido como "Phosphorous" y según Microsoft, se trata de personas "muy motivadas y dispuestas a invertir mucho tiempo y recursos en la búsqueda y recolección de información".

Las grandes empresas del sector tecnológico se encuentran en el punto de mira de los procesos electorales después de que en la campaña presidencial de EE.UU. de 2016 piratas informáticos rusos se sirviesen de las redes sociales y otras plataformas digitales para influir en el proceso electoral.

En mayo de este año, Facebook anunció que en el primer trimestre de 2019 cerró más cuentas falsas que nunca (2.190 millones), una cifra récord que tiene lugar en un momento en el que la compañía se ha visto envuelta en múltiples escándalos que la han llevado a apostar por reconvertirse.

Unos meses antes, en enero, la red social dijo haber desactivado alrededor de 500 cuentas, páginas y grupos con origen en Rusia que buscaban influir de forma "no auténtica", es decir, falseando su identidad, en Ucrania y una serie de países en Asia central, Europa del Este y el Cáucaso.