Níger clama ayuda al mundo

Níger es el país más pobre del mundo y está afectado por la sequía y las hambrunas. Más de siete millones de personas, la mitad de su población, se encuentran en crisis de inseguridad alimentaria crítica. Cruz Roja Española elabora varios proyectos sanitarios y agrícolas para este país que necesita ayuda de forma urgente.

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Cruz Roja Española subraya que, sobre todo, esta crisis alimentaria tendrá consecuencias "muy desastrosas" para la salud de los más pequeños. Son los niños desnutridos los que están más expuestos a contraer infecciones y enfermedades diarreicas.

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Cruz Roja Española, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, está trabajando en la zona para mitigar los efectos de la falta de alimentos y apoyar a las comunidades en su capacidad de recuperación.

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Voluntarios de la Cruz Roja de Níger prestan asistencia en varios centros de salud del país para detectar la desnutrición infantil y distribuir una mezcla de maíz y soja a niños aquejados de desnutrición.

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Cruz Roja Española elabora varios proyectos sanitarios y agrícolas para este país que necesita ayuda de forma urgente.

En el último periodo de lluvias las precipitaciones fueron irregulares, llegaron tarde y cesaron antes de lo habitual. Esto, unido al proceso de desertificación que vive Níger, ha provocado que la producción de las cosechas de este país africano haya disminuido en más de un 30 por ciento respecto al año pasado, lo que ha originado una situación de crisis alimentaria crítica.

Cruz Roja Española, con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), está trabajando en la zona para mitigar los efectos de la falta de alimentos y apoyando a las comunidades en su capacidad de recuperación, a través de medidas como la distribución de alimentos para el ganado, de semillas mejoradas o la recuperación de tierras desérticas.

"Estamos ampliando las acciones ya iniciadas el pasado mes de marzo y poniendo en marcha nuevas medidas, como actividades nutricionales en centros de salud, con el apoyo de la Fundación La Caixa", indica Isabel de Blas, técnica del Departamento de Cooperación Internacional de Cruz Roja Española.

Una población vulnerable al hambre

Voluntarios de la Cruz Roja de Níger prestan asistencia en varios centros de salud del país para detectar la desnutrición infantil y distribuir una mezcla de maíz y soja a niños aquejados de desnutrición.

Durante los primeros meses del presente año, la evolución de la situación no mejoró, según reflejó la encuesta sobre la vulnerabilidad, conducida por el Sistema de Alerta Precoz de Níger en abril de 2010.

Esta encuesta mostró que el porcentaje de población vulnerable había aumentado y que 7.1 millones de personas (un 44.7 por ciento de la población) estaban en riesgo de inseguridad alimentaria. 3 millones 316,056, (un 22.2 por ciento de los habitantes del país) estaba en riesgo de inseguridad alimentaria severa, y 3 millones 805,511, (un 25.5 por ciento) en riesgo de inseguridad alimentaria moderada.

Por su parte, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha realizado un llamamiento de emergencia por valor de 2.2 millones de euros (2.9 millones de dólares) para prestar asistencia crítica que puede salvar la vida de casi 400,000 personas en este país africano. Las zonas más afectadas de Níger son: Diffa, Zinder y Tahoua, según señala la organización humanitaria en un comunicado.

Isabel de Blas  explica que “Cruz Roja comenzó a trabajar en Níger a partir de de 2005, cuando se produjo la anterior crisis alimentaria. Ahora nuestros proyectos de desarrollo a largo plazo están todos enfocados hacia el trabajo, sobre todo con mujeres, y hacia la seguridad alimentaria, en las regiones de Tahoua y de Maradi. Cuando comenzaron a sonar las alarmas más recientes elaboramos un plan para la acción de Cruz Roja Española, con la cooperación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)”.

Ya en diciembre de 2009 se detectó que 6 de cada 10 familias tenían existencias de alimentos para sobrevivir entre 10 días y 2.8 meses, hasta la siguiente cosecha en octubre del presente año. Esto significa que las reservas de alimentos más vulnerables se acabaron en enero, debido a la disminución en un 30 por ciento respecto al año anterior de la producción de las cosechas por las irregulares y tardías lluvias y por el proceso de desertificación que sufre el país.

La organización también prevé que, sin una intervención humanitaria de urgencia, la inseguridad alimentaria llegará entre julio y septiembre a su punto más crítico.

Isabel de Blas explica que “nuestro trabajo se fundamenta en tres puntos muy concretos. Actividades de “dinero por trabajo”, para  recuperar tierras que están casi desertificadas. El objetivo es recuperarlas con plantaciones adecuadas para esa climatología. Los agricultores utilizan esas tierras de nuevo y nosotros les damos un dinero con el que poder acceder a la compra de alimentos. El segundo punto es conseguir el abastecimientos de bancos de cereales para las aldeas más necesitadas y, en tercer lugar,  la distribución de semillas mejoradas”.

Mecanismos de subsistencia

La población de las zonas más afectadas ha comenzado a utilizar mecanismos de subsistencia, como reducir la cantidad y el número de comidas diarias, la venta de ganado y de madera, o la utilización de las reservas de grano de los bancos de cereales comunitarios, lo que implicará en un futuro la disminución de sus recursos y bienes productivos.

Según las autoridades de Nigeria, país vecino de Níger, cientos de mujeres y niños nigerinos han comenzado a cruzar la frontera del país en busca de alimentos.

Cruz Roja Española subraya que, sobre todo, esta crisis alimentaria tendrá consecuencias "desastrosas" para la salud de los más pequeños. Son los niños desnutridos los que están más expuestos a contraer infecciones y enfermedades diarreicas, lo que puede impedirles ir a la escuela.

Los voluntarios de la Cruz Roja Nigerina están prestando actualmente asistencia en varios centros de salud del país para distribuir una mezcla de maíz y soja a niños que sufren desnutrición.

Según de Blas, “ahora queremos ampliar el plan con la financiación que ya hemos conseguido de la Fundación La Caixa y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, para ampliarlo a otros pueblos y hacer centros de nutrición de apoyo a los  ya existentes, así como programas de  compra y distribución de ganado. La sequía ha sido el factor principal del proceso de desertificación y la línea del desierto del Sáhara cada vez va bajando más”.

Níger es el país más pobre del mundo, con una pobreza crónica. Cada cierto periodo de tiempo sufre una crisis alimentaria porque no tiene capacidad de recuperación.

“Al no tener la infraestructura ni lo medios, al año siguiente la población no puede sobrevivir, porque el 90 por ciento de sus habitantes depende de la agricultura”, explica Isabel de Blas.

Sin embargo, la técnica de Cooperación para Níger de la Cruz Roja Española mantiene que “la esperanza no hay que perderla, pero es un problema crónico que requiere mucha ayuda y trabajo a largo plazo durante muchos años, no únicamente cuando se produce una crisis alimentaria".