Ardern dijo visiblemente molesta que Australia "ha abandonado su responsabilidad" al retirar la nacionalidad a la mujer de 26 años, que fue detenida el lunes en Turquía mientras trataba de entrar desde Siria tras ser acusada de pertenecer al Estado Islámico.
La mandataria neozelandesa explicó a los medios que en el pasado había abordado con su homólogo australiano, Scott Morrison, la situación de la mujer y el país al que debería regresar en el futuro, ya que tenía doble nacionalidad.
Agregó que la detenida se mudó con 6 años de Nueva Zelanda a Australia, donde tiene a su familia, y se marchó a Siria ya adulta con un pasaporte australiano.
Ardern lamentó que Australia le haya retirado la ciudadanía, alegando que nadie debería quedar en peligro de convertirse en apátrida, sobre todo con niños a su cargo.
"Esos niños nacieron en una zona en conflicto sin tener culpa alguna. Venir a Nueva Zelanda, donde no tiene familia cercana, no beneficiaría a los menores. Se sabe que los niños se crían mejor rodeados de personas que los quieran", señaló la primera ministra en un comunicado.
Por su parte, Morrison afirmó en una rueda de prensa en Camberra que su responsabilidad es anteponer la "seguridad nacional" de Australia y agregó que el interés de su país es "revocar la nacionalidad a aquellos implicados en terrorismo".
Desde 2014 Australia ha aprobado una serie de leyes contra el terrorismo islámico, incluida una que permite retirar la ciudadanía a combatientes con doble nacionalidad que viajaron a Oriente Medio para luchar contra el Estado Islámico.
En abril de 2019, Morrison se negó a repatriar a tres hijos del yihadista australiano muerto Khaled Sharrouf, quien combatió por el Estado Islámico (EI), tras ser localizados en un campo de refugiados en Siria.