'Nos enfrentamos a una ventana de oportunidad crítica. El aumento en la asistencia este año evitó con éxito la hambruna, pero la sequía se está intensificando y se espera que empeore en 2018', declaró Hajir Maalim, director regional de acción de esa institución de asistencia para África oriental, citado por Hiiraan Online.
Un 30 por ciento de los niños padecen de malnutrición aguda en algunas zonas del país con tasas de desnutrición aguda del 17,2 por ciento, revelan evaluaciones este año de Acción contra el Hambre, fundada en Francia por médicos, científicos, y escritores galos para enfrentar el hambre mundial.
Expertos del ente benéfico documentan una escasez extrema de agua entre comunidades como la central Bakool, donde muchos no acceden a más de 7,5 litros de agua por día, por debajo del estándar humanitario mínimo para necesidades de supervivencia en condiciones de emergencia.
'Si los niveles actuales de ayuda se reducen más o se comprometen, Somalia puede convertirse rápido en una catástrofe', puntualiza Maalim.
La local Unidad de Análisis de Nutrición y Seguridad Alimentaria, por su parte, publicó que más de 3,1 millones de somalíes necesitan urgente asistencia humanitaria y la desnutrición aguda amenaza la vida de 1,2 millones de niños, mientras solo en el último año, la sequía desplazó a unas 948 mil personas.
Según esas fuentes, cuatro temporadas consecutivas de lluvias fallidas causaron la destrucción de los cultivos y el ganado, y dejaron a las comunidades sin alimentos, en tanto el aumento de los precios empuja a las familias más pobres a endeudarse e impide satisfacer sus necesidades diarias de supervivencia.
Medios locales destacaron que cuando ocurrió en 2011 una catástrofe humanitaria similar en el país, el mundo tardó en ofrecer una respuesta a gran escala y murieron unas 250 mil personas.