Países recelan a dar poder de decisión a la CE sobre la liquidación de bancos

Los Estados miembros mostraron hoy sus reticencias a otorgar a la Comisión Europea (CE) la última palabra a la hora de decidir si es necesaria la reestructuración o liquidación de un banco en dificultades, una propuesta que cuenta con el rechazo frontal de Alemania.

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El ministro de Economía lituano, Rimantas Sadzius (d), conversa con el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Olli Rehn, hoy durante una reunión informal de dos días en Vilna (Lituania).

"No hay ideología por parte de la Comisión al proponer este rol de resolución, la CE no busca un rol suplementario, ya tiene suficientes, simplemente hace falta que el sistema funcione", señaló el comisario europeo de Mercado Interior, Michael Barnier, al término de la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin).

"Si alguien nos da una mejor idea, la examinaremos con mucha atención y objetividad", garantizó.

Durante esta reunión informal los Veintiocho mantuvieron la primera discusión seria sobre la propuesta para crear un mecanismo único de reestructuración y liquidación de bancos, en la que "el rol de la Comisión Europea ha sido cuestionado por varios ministros", explicó un alto funcionario de la CE.

Alemania presenta la mayor oposición a este proyecto, en el que el Ejecutivo europeo tendría la última palabra.

Berlín rechaza otorgar este poder a la Comisión, y varios países como Suecia, Reino Unido y España han mostrado hoy sus dudas ante la propuesta, mientras que Portugal, Italia y Francia se habrían mostrado más favorables a aceptarla, según fuentes comunitarias.

"La CE no está tratando de excederse en sus poderes, por el contrario, (la propuesta) ha sido una elección con reticencias", afirmó el alto funcionario citado anteriormente, quien aseguró que el Ejecutivo europeo "está abierta a alternativas, siempre que éstas cumplan con los objetivos".

La CE no ve con buenos ojos la contrapropuesta defendida por Alemania, que aboga por el establecimiento de una mayor coordinación entre los responsables nacionales de liquidación bancaria, con la creación de una "red" de los fondos nacionales de liquidación.

Esta idea se opone directamente al segundo pilar del sistema de resolución que plantea la CE, un fondo de liquidación único europeo a modo de "caja única", que se alimentaría con las contribuciones del sector.

"Creemos que una simple red no sería un progreso, no resolvería los problemas subyacentes y no haría mucho por la credibilidad de la banca europea", afirmaron las fuentes comunitarias.

Una opción que ha quedado fuera de la discusión es otorgar este poder al Banco Central Europeo (BCE), dado que una vez que asuma su rol como supervisor único de la banca europea podría surgir un conflicto de intereses.

También quedan descartadas las agencias europeas, salvo que el Tribunal de Justicia Europeo dé un vuelco a la jurisprudencia comunitaria en una sentencia que se espera en los próximos meses, ya que éstas no pueden asumir los poderes que corresponden a instituciones.

El Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) es otra opción que ha sido barajada, pero de momento no es factible dado que está configurado como una institución al margen del Derecho Comunitario y sería necesario antes emprender un cambio en los tratados.

Berlín aboga, precisamente, por tomar la vía de la reforma de los tratados, una opción que podría llevar meses o incluso años.

El calendario alemán contrasta con el ritmo "urgente" que quiere imprimir la CE al proceso, ya que aspira a lograr un acuerdo entre los Estados miembros antes de diciembre, para posibilitar la aprobación del mecanismo antes de que se agote la presente legislatura en mayo de 2014 y su puesta en marcha en 2015.

"Si fracasamos, podrían ser al menos otros 18 meses en poner el proyecto en camino de nuevo. Se perdería mucho impulso y tiempo.", afirmaron las fuentes comunitarias.

La CE tampoco ve con buenos ojos la construcción del sistema de resolución bancaria en dos pasos, porque teme que sea una estrategia para retrasar "sine die" la creación de un mecanismo único europeo.

"¿Cuál es el plan B? No hay un plan B", sentenciaron las fuentes comunitarias. (EFE)