El silencio que imprimió el Vicario de Cristo durante su oración, se extendió a los más de tres milfieles presentes en la basílica y los 22 mil jóvenes apostados en la Plaza de Bolívar, quienes seguían el momento religioso en pantalla gigante.
El Sumo Pontífice juntó sus manos,inclinó su cabeza, cerró sus ojos y rezó a la Virgen. Este momento de recogimiento y absoluto fervor, llenó el ambiente y los corazones de los devotos de fe, mística y esperanza en el futuro.
Luego caminó hacia el cuadro que representa a la Virgen María, posó su mano derecha sobre la imagen, volvió a orar con gran pasión y dejó un rosario en su base.
En seguida recitó unas letanías, que son súplicas prolongadas a la Virgen, escritas en forma de poema, con participación de obispos y algunos laicos.
“Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Consuelo de los afligidos, Auxilio de los cristianos”. Ruega por nosotros.
También firmó y escribió en el libro de Honor de la Catedral, donde permanecen las firmas de sus antecesores Pablo VI y Juan Pablo II, quienes también visitaron Colombia.
La visita a la Catedral finalizó en la Capilla del Sagrario y después de una breve adoración al Santísimo, el líder de la iglesia católica se dirigió al Palacio Arzobispal, donde desde el balcón, se dirigió a los 22 mil jóvenes que lo esperaban para escucharlo y recibir su bendición.