Pionyang condena el fin de la limitación para los misiles surcoreanos

Corea del Norte condenó hoy la decisión de EE.UU. de levantar las restricciones al rango y la carga de los misiles surcoreanos y consideró que la nueva política de Washington para lograr la desnuclearización de la península es "solo un engaño".

Es la primera vez que el régimen responde a esta decisión, anunciada el pasado 21 de mayo durante la cumbre en Washington entre los presidentes de Estados Unidos y Corea del Sur, Joe Biden y Moon Jae-in.

Durante el encuentro se aprobó terminar definitivamente con las pautas que Washington imponía desde hace décadas a su aliado en cuanto a la fabricación de misiles.

En 2017 el Pentágono eliminó la limitación sobre el peso de la carga útil de los proyectiles (que afecta a la cantidad de explosivos que porta el misil) pero mantenía la limitación de 800 kilómetros de alcance máximo, distancia que en cualquier caso le permitía alcanzar todo el territorio norcoreano.

Pese a tratarse pues de una decisión simbólica en lo que respecta a Corea del Norte, Pionyang consideró en una nota publicada este lunes por la agencia de noticias estatal KCNA que se trata de un acto de EE.UU. "aparentemente deliberado y hostil".

La nota considera irónico que "Estados Unidos, calificando obstinadamente las medidas tomadas por la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial de Corea del Norte) para autodefensa como una violación de las 'resoluciones' de la ONU, otorga a sus aliados el derecho ilimitado al desarrollo de misiles".

El texto dice que la decisión "es un duro recordatorio de la política hostil" de Washington hacia el aislado país y que la nueva estrategia de la Administración Biden para lidiar con Corea del Norte es "solo un engaño".

La nota vino firmada por un experto norcoreano en asuntos internacionales, Kim Myong-chol, y no por un funcionario de algo rango del régimen, como sucede cuando Pionyang quiere transmitir sus mensajes más duros.

La nueva estrategia estadounidense para Corea del Norte descarta el "todo o nada" de Donald Trump y la "paciencia estratégica" de Barack Obama, apostando por una vía intermedia que persigue el diálogo diplomático por fases y que busca reavivar unas conversaciones que permanecen congeladas desde 2019.

Sin embargo, Pionyang, más aislado que de costumbre debido a sus esfuerzos para que la COVID-19 no entre en el país, no ha respondido, al menos públicamente, a las peticiones que Washington lleva planteando desde febrero para retomar las conversaciones sobre desnuclearización.