¿Por qué Biden piensa que la democracia está amenazada?

Nada más llegar a Europa, el presidente de EEUU, Joe Biden, ha advertido de que el mundo está en un punto de inflexión histórico, donde la democracia debe no solo sobrevivir, sino brillar, justo cuando su país ha sido blanco hace unos meses de uno de los mayores ataques antidemocráticos.

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Tan pronto como el avión presidencial Air Force One aterrizó en suelo británico el miércoles, el mandatario alertó de los retos que afrontan los sistemas democráticos del mundo frente a "aquellos que piensan que la era de la democracia se ha acabado", en un discurso a los soldados estadounidenses destacados en la base de la Royal Air Force de Mildenhall (Reino Unido).

De esta forma, el mandatario quiso llamar a la unidad de los aliados occidentales de EEUU frente a los desafíos que plantean Rusia y China, en un momento en que precisamente su país todavía se recupera del asalto al Capitolio del pasado 6 de enero instigado por su predecesor, Donald Trump.

LA DEMOCRACIA EN EEUU EN LA ERA POST-TRUMP

Según una encuesta publicada el miércoles, casi tres de cada diez republicanos creen que Trump será restaurado en la Presidencia en los próximos meses, pese a que no existe ningún mecanismo en el sistema estadounidense que lo permita.

Este sondeo de "Politico" y "The Morning Consult" fue realizado después de que una periodista del diario "The New York Times" informara de que el exmandatario, que ha alegado sin pruebas que hubo fraude electoral en los comicios de noviembre, dijo a varias personas de su entorno que esperaba ser restaurado en el cargo en agosto.

De acuerdo a ese sondeo, la mayoría de los estadounidenses (72 %) cree que eso es muy o totalmente improbable, al igual que el 84 % de los votantes demócratas.

El porcentaje cambia si se observan los datos entre los republicanos, donde el 29 % dicen que es probable y el 17 %, muy probable.

La encuesta fue llevada a cabo entre el 4 y el 7 de junio sobre una muestra de 1990 electores registrados, con un margen de error de más o menos 2 puntos porcentuales.

La cadena de televisión CNN recordaba este jueves que nunca un presidente de EEUU se había embarcado en un viaje al extranjero en un momento en que los valores democráticos son puestos en cuestión tanto dentro como fuera de su país.

De hecho, Biden no solo se enfrenta al reto de unir a sus compatriotas y superar la polarización que han dejado los cuatro años de mandato de Trump, sino convencer a sus aliados de que pueden fiarse de EEUU, tras los vaivenes del expresidente, y de que su país puede ejercer una posición de liderazgo internacional.

Como gesto simbólico, el mandatario estadounidense, quien nació durante la II Guerra Mundial en 1942, acordará una nueva Carta del Atlántico con el primer ministro británico, Boris Johnson.

Biden emulará así el gesto de Franklin D. Roosevelt, quien en medio de ese conflicto suscribió con Winston Churchill el documento original en 1941, que sirvió para marcar los objetivos de EEUU y del Reino Unido después de la guerra.

En los próximos días, el presidente se reunirá con los líderes de los miembros del G7, el club de élite de las democracias más industrializadas del mundo (EEUU, el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá), los integrantes de la OTAN y los dirigentes de la Unión Europa.

BIDEN FRENTE A PUTIN

Serán muchos los temas que abordarán, pero sin duda estas reuniones serán para preparar el encuentro de Biden con el presidente ruso, Vladímir Putin, el 16 de junio en Ginebra.

El estadounidense acudirá a esa cumbre como adalid de la democracia y de los derechos humanos, y entre los asuntos que quiere traer a la mesa de negociaciones con Putin están los recientes ciberataques lanzados desde territorio ruso y Ucrania.

Putin viajará a Suiza después de que la Justicia rusa decidiera el miércoles declarar "extremistas" a varias organizaciones vinculadas al líder opositor Alexéi Navalni.

A esto se suma el apoyo de Putin al líder bielorruso, Alexandr Lukashenko, quien ha ordenado el desvío forzoso a Minsk de la aeronave que cubría la ruta Atenas-Vilna el pasado 23 de mayo para detener al periodista opositor Román Protasevich.

SIEMPRE CHINA DE FONDO

Por otro lado, China será el convidado en la sombra en las reuniones de estos días de Biden con los aliados europeos, en medio de la disputa por la hegemonía mundial que ambas potencias mantienen.

Precisamente el miércoles, el secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, ordenó al Pentágono que sitúe a China y su fortalecimiento militar en el centro de la política de defensa de EEUU, aunque los detalles de la estrategia a seguir se mantienen secretos.

Y el Senado estadounidense aprobó el martes un proyecto de ley con un gasto previsto cercano a los 250.000 millones de dólares que tiene como objetivo aumentar la competitividad nacional para hacer frente al poderío industrial y militar de China.

En el plano de derechos democráticos, el Gobierno de EEUU ha censurado en los últimos meses los abusos contra la minoría uigur en la provincia noroccidental china de Xinjian y el recorte de libertades en Hong Kong, donde Washington cree que Pekín busca minar la democracia.