Rebeldes del M23 vuelven a la negociación de paz del Congo

Los rebeldes del Movimiento M23 volvieron hoy en Kampala a las negociaciones de paz con el Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC), tras boicotear ayer el proceso de diálogo para resolver el conflicto en el este del país.

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Un grupo de rebeldes del M23.

La delegación de los insurgentes no asistió este lunes a la segunda sesión de las negociaciones, que empezaron el día anterior en la capital de Uganda, en la que la delegación del Gobierno de la RDC iba a responder a reproches hechos por los rebeldes el domingo.

Ese día, el jefe de la delegación del M23, François Rucogoza, atacó al Ejecutivo de Kinshasa con el argumento de que el conflicto que vive el este de la RDC se debe a "la mala gobernanza y la falta de un liderazgo visionario".

Sin embargo, el M23 regresó hoy a la mesa de diálogo y escuchó el ministro congoleño de Exteriores, Raymond Tshibanda, quien acusó de crímenes como la violación, el asesinato o la tortura a los rebeldes, que escucharon en silencio.

Tshibanda también acusó al M23 de colaborar con personas reclamadas por la Corte Penal Internacional (CPI), como Bosco Ntaganda.

Fuera de la sala de conferencias, el líder de la delegación rebelde, François Rucogoza, negó las acusaciones marcando diferencias entre el ala militar y el ala política del movimiento rebelde.

El ministro ugandés de Defensa, Crispus Kiyonga, preside las negociaciones y actúa de mediador entre las dos partes por mandato de la Conferencia Internacional del la Región de los Grandes Lagos (ICGLR).

Los rebeldes tomaron el pasado mes la estratégica ciudad oriental de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte -rica en minerales- y fronteriza con Ruanda, lo que provocó el desplazamiento de miles de personas y amenazó con un conflicto de repercusiones regionales.

Semanas después, los amotinados, que aún controlan zonas del Kivu del Norte, abandonaron la ciudad, cumpliendo con un llamamiento del bloque regional de la ICGLR que dio pie a un proceso de negociación con el Ejecutivo de Kinshasa, en respuesta a las demandas del M23.

El M23 lo forman soldados congoleños amotinados y supuestamente fieles al rebelde Bosco Ntaganda, buscado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y contra la humanidad.

Ntaganda se integró hace tres años en las fuerzas de la RDC al contribuir a la pacificación de Kivu del Norte tras ayudar a detener, en 2009, a Laurent Nkunda, antiguo señor de la guerra y general del Ejército.

Los rebeldes se sublevaron el pasado abril para protestar por la pérdida de poder impuesta por el Gobierno a su líder, y renegociar el acuerdo del 23 de marzo de 2009, que supuso su integración en el Ejército y da nombre al grupo.

La RDC se encuentra inmersa todavía en un frágil proceso de paz tras la segunda guerra del Congo (1998-2003), que implicó a varios países africanos, y tiene desplegada en su territorio una ingente misión de la ONU.