Rusia se aleja del abismo epidémico y da pasos hacia la normalidad

Rusia empieza a liberarse de las cadenas del coronavirus, poniendo plazo al inicio del desconfinamiento y a la reapertura del pequeño comercio en Moscú, donde los casos se han reducido a menos de la mitad en relación al pico de la pandemia, y sofocando los últimos brotes de COVID-19 en el Cáucaso y Siberia.

"El peor de los escenarios ya pasó. Estuvimos cerca del abismo, pero lo superamos gracias a los esfuerzos comunes del presidente, el Gobierno, el Ayuntamiento, el personal sanitario y los moscovitas. El terrible pico (de la pandemia) ya pasó de largo", aseguró Serguéi Sobianin, alcalde de Moscú.

MOSCÚ, LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

Por primera vez en más de dos meses, Sobianin trajo en declaraciones a la televisión pública buenas noticias a los rusos, en particular a los 12 millones de moscovitas, ya que podrán salir a pasear a partir del lunes, aunque sólo tres veces a la semana.

Además, adelantó que los hospitales comenzarán a tratar de nuevo, aunque gradualmente, a todos los pacientes y no sólo a los que hayan contraído la COVID-19.

Precisamente, para evitar nuevo rebrotes de coronavirus, el Ayuntamiento anunció que todos los moscovitas tendrán el derecho a realizarse en sus ambulatorios exámenes de anticuerpos.

Al tiempo que Sobianin negó una posible manipulación de los datos oficiales, como denuncia la prensa occidental, los sindicatos de médicos y la oposición, el Ayuntamiento destacó que la ciudad presenta uno de los índices de mortalidad más bajos entre las grandes urbes mundiales.

Según los datos oficiales, el índice de mortalidad en Moscú es del 1,4 % si el coronavirus fue el principal motivo y del 2,8 % si fue sólo uno de las razones del deceso, frente al 10 % de Nueva York y el 23 % de Londres.

Al mismo tiempo, Sobianin advirtió que durante los próximos días el número de muertos diarios seguirá siendo muy alto, debido a la acumulación de enfermos graves.

Rusia sumó hoy otros 8.371 contagios, casi la mitad asintomáticos, con lo que ya son 379.051 los casos -menos de la mitad, 173.000, en Moscú-, mientras más de 150.000 pacientes han sido ya dados de alta desde marzo pasado.

En cuanto a la mortalidad (4.142 decesos), en las últimas 24 horas han muerto 174 rusos, de ellos 71 en la capital, donde el número de altas superó al de contagios.

PASEOS POR TURNOS

Estos datos permitieron a Sobianin liberar a los moscovitas de su encierro. Estos podrán pasear a partir del 1 de junio, aunque será por turnos, dependiendo del lugar de residencia y únicamente tres veces a la semana (dos en jornadas laborables y una en fin de semana), de 9 de la mañana a 9 de la noche.

El motivo es que, en cuanto el Ayuntamiento ha suavizado las restricciones, muchos moscovitas se han desmadrado -el caso más llamativo fueron las barbacoas masivas al aire libre al comienzo de la pandemia-, situación que el alcalde no quiere que se repita.

Las mascarillas pasarán a ser obligatorias en la calle y no sólo en tiendas y transporte público como hasta ahora, aunque de 5 a 9 de la mañana habrá plena libertad para salir a la calle y hacer deporte.

Para ello, aunque no se aconseja pasear más de dos kilómetros del domicilio, reabrirán sus puertas los parques, aunque no los infantiles ni las instalaciones deportivas.

También podrán salir de sus casas tras casi tres meses de confinamiento los mayores de 65 años y los enfermos crónicos, pero no aquellos que han contraído el virus o la gripe común, ni las personas con las que convivan.

REAPERTURA DE COMERCIOS

Otra buena noticia es del comercio no vinculado con el sector de la alimentación, que las autoridades cifraron en 47.000 negocios que dan trabajo a unas 300.000 personas, a lo que habría que añadir 9.000 empresas de servicios.

Al respecto, Sobianin destacó que la decisión de que los obreros de la construcción y los trabajadores de la industria pudieran volver a sus puestos de trabajo el pasado 12 de mayo no provocó un empeoramiento de la situación epidémica en la ciudad.

También volverán a operar los grandes centros comerciales, lo que incluye tiendas que tengan menos de 400 metros cuadrados de superficie, aunque la entrada será restringida a un número limitado de personas.

En cuanto a restaurantes, cafés y peluquerías, su turno aún no ha llegado, aunque es probable que reabran el 15 de junio, según adelantaron fuentes consistoriales.

Tampoco lo harán los gimnasios y piscinas públicas, mientras los estadios y pabellones sólo abrirán sus puertas para los deportistas profesionales.

MÉDICOS ENVIADOS AL CÁUCASO Y SIBERIA

A juzgar por los datos, Moscú está dejando de ser poco a poco el único epicentro de la pandemia. Lugares como la república norcaucásica de Daguestán, con 21 muertos, aún no han logrado controlar la pandemia.

A petición del presidente ruso, Vladímir Putin, brigadas de médicos fueron enviadas al Cáucaso, donde especialmente en las zonas montañosas y, debido a las costumbres religiosas -bodas y entierros con presencia masiva, y negativa a las autopsias-, el riesgo de propagación del virus sigue siendo muy alto.

Los especialistas, entre los que figuran cirujanos, virólogos, neumólogos, anestesiólogos y radiólogos, llevaron consigo antibióticos y equipos de protección sanitaria.

En Daguestán, donde también los militares levantaron dos campos médicos, fue el propio muftí en el que levantó la voz de alarma al alertar a Putin de la "catástrofe sanitaria", mientras el muftí de Ingushetia murió de coronavirus.

También fueron enviados médicos desde la capital a Osetia del Norte, también en el Cáucaso norte, y a Zabaikal, región fronteriza con Mongolia y China.

A su vez, el ministerio de Sanidad recomendó hoy realizar exámenes de coronavirus a todos los recién nacidos y a las embarazadas que sufrieron la enfermedad, aunque sea de forma asintomática, someterse a una ecografía cada cuatro semanas.

A pesar de que Rusia es el tercer país del mundo en contagios por coronavirus tras EEUU y Brasil, según un sondeo de la Escuela Superior de Economía, un 23.2 % de los rusos cree que no hay ninguna epidemia en el país y otro 32.8 % considera que el riesgo que acarrea el coronavirus ha sido exagerado intencionadamente o inventado por ciertos grupos interesados.