Sarkozy niega ante la Justicia haber gestionado su campaña de 2012

El expresidente de Francia Nicolas Sarkozy se sentó este martes en el banquillo de los acusados para responder en el juicio que investiga la financiación irregular de su campaña electoral de 2012 e intentar defender que desconocía esa trama fraudulenta.

"Le correspondía al director de campaña organizarla y a mí hacerla. Soy conocido por delegar mucho. No puedo ocuparme de todo", indicó ante el Tribunal Correccional de París con voz enérgica y un tono en ocasiones exasperado.

El proceso comenzó el pasado 20 de mayo y finalizará el 22 de junio, pero el exjefe de Estado (2007-2012), que se presentó con traje oscuro y la mascarilla de rigor, había estado representado hasta ahora por su abogado.

"Tienen ante ustedes a alguien para quien la política ha sido su vida durante 40 años. Nunca he visto que una campaña no se acelere", añadió para justificar la cargada agenda de actos con la que intentó renovar su mandato.

Según la acusación, el precio real de sus cerca de 40 mítines organizados por la empresa Bygmalion, que da nombre al caso, fue reducido drásticamente, y el resto fue abonado por el partido UMP -rebautizado posteriormente como Los Republicanos- en concepto de convenciones ficticias.

En total, su campaña gastó casi 43 millones, frente al techo de 22.5 millones de euros autorizado a un candidato que superaba la primera vuelta.

Sarkozy alegó que se incorporó al núcleo duro de su organización a principios de 2012, debido a sus obligaciones presidenciales, y señaló que no fue el encargado de elegir a la empresa o la gente que trabajó para él o de comprobar que habían cobrado. De hecho, dijo haber descubierto a Bygmalion en 2014.

La trama de financiación oculta salió a la luz en una entrevista televisiva ese año de quien era el número dos de su campaña, Jérôme Lavrilleux.

De los 14 encausados, 13 lo están por su implicación en diverso grado en el sistema de doble facturación y Sarkozy, que podría ser condenado a hasta un año de cárcel y 3.750 euros de multa, es el único que comparece solo por financiación ilegal de campaña y no por estafa u otros cargos.

En marzo se convirtió en el primer exinquilino del Elíseo en ser condenado a una pena de cárcel. Le cayeron tres años de prisión, uno de ellos firme, por corrupción y tráfico de influencias en otro caso, pero la sentencia quedó en suspenso por su apelación al Supremo.