"Los demócratas están mucho más preocupados con los inmigrantes ilegales que por nuestros excelentes militares o la seguridad en nuestra peligrosa frontera sur”, señaló en un mensaje emitido esta mañana en su cuenta de Twitter.
Trump afirmó: “Podrían haber hecho un trato fácil, pero decidieron jugar a la política del cierre de gobierno”. Añadió que por ello el Congreso necesita más republicanos, a fin de poder superar los bloqueos de parte de los demócratas.
En otro mensaje, argumentó que es preciso aprobar un presupuesto con 60 votos en el Senado, y que dado que solo se cuentan 51 republicanos, ese esfuerzo puede ser bloqueado por demócratas.
“¡Es por eso que necesitamos ganar más republicanos en la elección de 2018! ¡Entonces podremos ser aún más duros contra el crimen (y en la frontera), y ser aún mejores para nuestros militares y veteranos de guerra!”, aseguró el mandatario.
Sugirió además que el cierre de gobierno fue ideado por los demócratas como “un regalo” para el primer año de su gobierno, que se cumple este 20 de enero.
Más tarde, apuntó que los demócratas mantienen al Ejército de Estados Unidos “como rehén por su deseo de tener una inmigración ilegal sin control”. "No puedo permitir que eso suceda”, insistió.
Los republicanos intentaron desde un inicio culpar a los alivios migratorios propuestos por los demócratas por el cierre del gobierno. Los demócratas, sin embargo, contraatacaron.
“¿Qué le pasó al presidente Trump, quien nos pidió que hiciéramos un trato, y prometió que soportaría la presión? ... Se retractó al primer signo de presión”, aseveró el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer.
De acuerdo con analistas, es probable que el Partido Republicano, que controla las dos cámaras legislativa y la Casa Blanca, sea visto como el principal responsable por el cierre del gobierno.
Además de buscar un alivio para los jóvenes que emigraron a Estados Unidos en su niñez o "dreamers", los demócratas trataron de aumentar el gasto interno, asegurar la ayuda por desastres para Puerto Rico y reforzar la respuesta del gobierno a la epidemia de opiáceos.