Sigue la calma en Kenia pese a incidentes aislados tras validarse las elecciones

La Policía retomó hoy el control de la ciudad de Kisumu, en el oeste de Kenia, tras las manifestaciones que dejaron ayer dos muertos en protestas contra el fallo del Tribunal Supremo que validó la victoria del presidente electo, Uhuru Kenyatta.

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La Policía retomó hoy el control de la ciudad de Kisumu, en el oeste de Kenia, tras las manifestaciones en protestas contra de la victoria del presidente electo, Uhuru Kenyatta.

"La situación es en general de calma después de que la Policía contuviera el caos que se desató el sábado por la tarde", dijo al diario "The Nation" Joseph Ole Tito, representante de las fuerzas del orden de la región de Nyanza, donde se encuentra Kisumu.

Dos personas murieron y otras cinco resultaron heridas tras disparar la Policía contra una protesta de seguidores del candidato derrotado y primer ministro, Raila Odinga.

Los manifestantes protestaban contra la recién anunciada ratificación por el Tribunal Supremo de la victoria de su rival, Kenyatta.

Odinga, que el pasado 4 de marzo perdió en las urnas contra Kenyatta, había impugnado los resultados denunciando irregularidades en el proceso electoral.

Tras rechazar la Justicia su recurso, Odinga acató la decisión judicial y pidió calma a sus seguidores, la mayoría de la etnia lúo que predomina en la provincia de Nyanza.

"La gente de Kisumu ha respondido positivamente al llamamiento a la paz que el primer ministro hizo el sábado", dijo el representante policial.

Odinga aseguró que sigue creyendo que hubo graves irregularidades en el proceso electoral, pero que respeta la decisión del tribunal.

Nuevos incidentes se han producido este domingo en el suburbio de Mathare Norte de Nairobi, donde varios jóvenes simpatizantes de Odinga han atacado y saqueado comercios.

La Policía ha podido reducir sin problemas a la turba, y la situación está controlada también en la capital, donde ayer tuvieron lugar otros disturbios menores, informó "The Nation".

La actitud conciliadora de Odinga contrasta con la que mostró en las elecciones presidenciales de finales de 2007 y principios de 2008, cuando también rechazó, tras perder, la legitimidad del resultado e incitó a sus simpatizantes a movilizarse.

Los seguidores mayoritariamente de la etnia kukuyu de su rival, el ahora presidente saliente Mwai Kibaki, replicaron con más violencia, en una espiral de odio político y étnico que segó la vida de más de 1,300 personas.

El ahora presidente electo, Uhuru Kenyatta, de la etnia kukuyu y que abogó por la unidad y la reconciliación tras conocer el fallo del Tribunal Supremo, está imputado por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad, por incitar a acciones violentas durante los incidentes postelectorales de hace cinco años.

Las cancillerías occidentales han celebrado el clima en general pacífico en el que se ha desarrollado hasta ahora el presente proceso electoral, y han aplaudido la reacción mesurada de Odinga a la decisión contra su recurso del Tribunal Supremo.

Kenyatta se impuso en las elecciones del 4 de marzo con un 50.7 por ciento de los votos a Odinga, que obtuvo un 43.3 por ciento.

El candidato ganador se convirtió en presidente sin pasar por la segunda vuelta al conseguir la mayoría absoluta de los sufragios.