"Les dijimos a los filántropos, a las fundaciones, a las corporaciones y a los funcionarios del Gobierno que si no se invertían recursos en las comunidades que han sido atacadas por el coronavirus, por la brutalidad policial, por el desempleo y por la pobreza, esto iba a pasar. Pero nadie quiso escuchar", aseguró Erika Ford, fundadora de la ONG Life Camp, junto a cientos de trabajadores de estas organizaciones.
Nueva York y otras grandes ciudades de Estados Unidos han registrado un dramático aumento de los asesinatos por armas de fuego y tiroteos a partir de la primavera, que unos achacan a la crisis económica causada por la pandemia, que ha agravado la situación en una época en la que tradicionalmente aumenta la violencia, el verano.
Desde la Policía y los principales sindicatos de los cuerpos de seguridad, se ha acusado, sin embargo, de esta oleda de violencia a las autoridades, por haber recortado fondos policiales, así como por haber introducido nuevas normativas que castigan la utilización de ciertas llaves de inmovilización consideradas peligrosas, o por la liberación de presos y la suspensión temporal del sistema judicial por la pandemia de la COVID-19.
UNAS CIFRAS DRAMÁTICAS
Entre enero y mediados de agosto, 259 personas fueron asesinadas en Nueva York, frente a las 199 que murieron en esas mismas fechas durante 2019.
Asimismo, en este periodo se registraron 965 tiroteos, lo que supone un aumento del 88 % con respecto al mismo periodo del año anterior.
Las organizaciones, que se dieron cita en una pequeña plaza del barrio de Brooklyn, aseguraron que en los últimos 28 días se registraron 210 tiroteos en Nueva York, donde sólo en el último fin de semana murieron cuatro personas y 25 resultaron heridas de bala.
Reclaman que gracias a su trabajo, desde 2010 la violencia se ha reducido en la ciudad más de un 40 % y aseguran que la mayoría de los actos violentos que se han registrado en los meses recientes han tenido lugar fuera de las áreas en las que sus grupos intentan mediar o desarrollan programas para reducir los incidentes violentos.
MÁS FONDOS
Para la activista Ford, este aumento drástico de la violencia, que ha golpeado especialmente a los barrios de Brooklyn, Harlem y El Bronx, pero también otras áreas como Jamaica en Queens o zonas de Staten Island, se puede solucionar invirtiendo más fondos.
Para K. Brain, director ejecutivo de la ONG Community Capacity Development, también es necesaria una inyección económica que permita a estos grupos desarrollar y ampliar su trabajo.
"Prevenimos cientos, miles de asesinatos a lo largo del año. Esta es la mejor inversión que se puede hacer en seguridad ciudadana. No se puede invertir el dinero de una manera más inteligente", dijo Brain.
La directora ejecutiva de la Oficina del Alcalde para la Prevención de la Violencia Armada, Jessica Mofield, explicó a Efe que desde su organismo coordinan el trabajo de estas 60 organizaciones de distintas zonas de la ciudad.
Mofield, que reconoció que la mayoría de los nuevos sucesos violentos han tenido lugar en zonas no cubiertas por estos grupos, subrayó que el Ayuntamiento ha incluido en el fondo una partida extra de 10 millones de dólares para que amplíen sus áreas de acción y para crear otros cinco grupos en zonas afectadas por la nueva ola de violencia.
En total, dijo a Efe en una llamada telefónica, los fondos públicos otorgados a estas ONG han aumentado de los 12 millones en 2014 hasta los 45 millones actuales.
UNO DE LOS FINES DE SEMANA MÁS VIOLENTOS
La mayoría de los tiroteos y asesinatos se registran durante los fines de semana. Y, en ese sentido, las ONG también advirtieron de que este fin de semana, en el que en Estados Unidos se descansará tres días al coincidir el lunes con el Día del Trabajo, es tradicionalmente uno de los más violentos del año.
Ford instó a las distintas comunidades de la ciudad a ayudar a las organizaciones que trabajan sobre el terreno para afrontar "uno de los fines de semana históricamente más peligrosos en la ciudad de Nueva York".
Por otra parte, más allá de solicitar más recursos y advertir sobre la posibilidad de un nuevo pico de violencia el próximo fin de semana, los presentes también sostuvieron que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaba intentando sacar ventaja política de esta violencia para alimentar su campaña "de miedo".