Stoltenberg advierte de "desafíos" de China aunque no lo ve como "adversario"

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó hoy en Tokio que el auge militar de China y su comportamiento en Asia-Pacífico y ante la guerra de Ucrania suponen un "desafío", aunque añadió que China "no es un adversario" de la alianza atlántica y de socios como Japón.

Stoltenberg se pronunció así durante una comparecencia conjunta en la capital nipona con el primer ministro nipón, Fumio Kishida, en el marco de su gira asiática que le llevó primero a Corea del Sur y ahora a Japón como segunda parada.

El secretario general de la OTAN señaló que tanto Japón como la alianza atlántica han reconocido recientemente a China como un "desafío" de magnitud creciente, debido "al aumento de sus fuerzas y capacidades militares, incluyendo las armas nucleares, a la intimidación de países vecinos y a sus amenazas a Taiwán".

Pekín también "está propagando desinformación sobre la OTAN y la guerra en Ucrania", dijo Stoltenberg, quien añadió que pese a ello "China no es nuestro adversario", durante su comparecencia ante los medios.

"Debemos entender la escala del desafío y trabajar juntos para afrontarlo lo antes posible", señaló.

Una eventual victoria rusa en Ucrania "enviaría el mensaje de que todos los regímenes autoritarios pueden conseguir sus objetivos", algo que "sería peligroso" puesto que "Pekín está aprendiendo lecciones que podrían influenciar su acciones futuras", advirtió Stoltenberg.

En este contexto de seguridad que calificaron como "el más grave y complejo desde el final de la II Guerra Mundial", Japón y la OTAN se comprometieron a estrechar su colaboración, según la declaración conjunta acordada por Stoltenberg y Kishida.

Ambos líderes señalaron su deseo de dar "un paso más" en esta cooperación a través de una participación frecuente de Japón en las reuniones y cumbres de la OTAN, después de que Kishida asistiera como observador el pasado año al encuentro de mandatarios de la alianza celebrado en Madrid.

Aspiran además a ampliar la cooperación a áreas como la seguridad marítima, el control de armas, el ciberespacio o la desinformación, según la declaración conjunta.