Suecia abordará en su presidencia de la OSCE las crisis en Bielorrusia y Ucrania

Suecia asume desde este viernes la presidencia anual de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) con una agenda centrada en las crisis en la región, como las del este de Ucrania y Bielorrusia, fortalecer la democracia y promover la igualdad de género.

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"Nuestras prioridades como presidencia serán enfatizar las tareas fundamentales de la OSCE, defender el orden de seguridad europeo, el concepto de seguridad integral de la OSCE y contribuir a la resolución de los conflictos en nuestra región", indicó la ministra de Exteriores sueca y nueva presidenta de la OSCE, Ann Linde.

"Si bien los conflictos y las crisis políticas continúan desafiando la seguridad, el derecho internacional, los principios democráticos y el desarrollo sostenible, la OSCE puede servir como una plataforma multilateral crucial para abordar estos desafíos y construir sociedades más fuertes", agregó.

Linde citó como desafíos para su presidencia la situación en el este de Ucrania, donde la OSCE dirige misiones de vigilancia del alto el fuego entre las fuerzas separatistas prorrusas y el Ejército ucraniano.

También nombró la situación de Bielorrusia, donde se sucede la represión policial contra las protestas por la reelección de Aleksandr Lukashenko, y el objetivo de rebajar la tensión en Nagorno Karabaj, donde una breve guerra entre Azerbaiyán y Armenia dejó miles de muertos hasta que se acordó un alto el fuego en noviembre.

La igualdad de género, fortalecer el papel de la sociedad civil y la democracia son otros aspectos que promoverá la presidencia sueca, que se presentará en detalle el 14 de enero.

La OSCE, formada por 57 Estados, se extiende desde Vancouver (Canadá) a Vladivostok (Rusia), y es la única organización regional de seguridad en la que los países occidentales y Moscú se sientan en la misma mesa.

Las tensiones entre Occidente y Rusia por la situación del este de Ucrania y la anexión de Crimea se han trasladado en los últimos años a la OSCE, cuya labor como observadora electoral ha empezado también a ser criticada por varios países.

Rusia, Turquía o Tayikistán consideran que los dictámines negativos de la OSCE sobre sus procesos electorales y por la menguante libertad de prensa es una forma de inmiscuirse en sus asuntos internos.

Las decisiones en la OSCE se toman por unanimidad y las diferencias han bloqueado este año durante meses el nombramiento de altos cargos clave en la organización.

Finalmente se logró un consenso para nombrar a la diplomática alemana Helga Schmid como nueva secretaria general de la OSCE. Schmid ha sido hasta ahora secretaria general del Servicio Europeo de Acción Exterior