“Sería fantástico tener a alguien en la Casa Blanca con la autoridad moral para guiar al país a través de este período difícil, en el que el acoso sexual finalmente comienza a tomarse con la seriedad que siempre se merecía”, destacó el rotativo angelino.
“Los estadunidenses confían en sus presidentes para ayudar a establecer el tono de la conversación nacional. Sin embargo, en este caso, dada su evidente hipocresía y su propia historia personal, es probable que Trump se quede mejor callado”, sugirió.
“Hasta ahora, el presidente Trump se había mantenido comprensiblemente, aunque inusualmente, silencioso sobre el cambio cultural más importante del momento, la movilización social #MeToo (Yo también) contra el acoso y el abuso sexual.
“Eso es probablemente porque él ha sido acusado junto con decenas de otros hombres poderosos y algunas mujeres”, señaló el más importante rotativo en el oeste de Estados Unidos.
Alrededor de 20 mujeres han acusado a Trump de conducta sexual inapropiada desde hace décadas y hay audio de él alardeando en el programa "Access Hollywood" acerca de agarrar a las mujeres "por el coño".
"¿Qué podría decir Trump con una cara seria sobre el tema que no sonar egoísta, sincero o espeluznante?", cuestionó el diario.
Pero esta vez, simplemente no pudo evitarlo. El sábado, finalmente rompió su silencio y tomó un aparente golpe en el tema #MeToo.
"Las vidas de las personas están siendo destrozadas y destruidas por una mera acusación", escribió el mandatario en Twitter.
No dice a qué vidas destrozó, pero el resto de su tweet deja en claro que su preocupación principal no es por las víctimas de acoso sexual, sino por las personas acusadas de victimizarlas, cuestionó.
"No hay recuperación para alguien acusado falsamente: la vida y la carrera se han ido. ¿Ya no existe eso como un proceso debido?", preguntó el diario.
Parecía que tal vez Trump estaba hablando de su ayudante Rob Porter, quien renunció unos días antes, después de que sus dos exesposas lo acusaron de abuso doméstico.
Pero más tarde, el director de presupuesto de Trump, Mick Mulvaney, dijo que su jefe probablemente se estaba refiriendo a Steve Wynn, el magnate del casino que renunció recientemente como presidente financiero del Comité Nacional Republicano.
Esto después de que el periódico Wall Street Journal informó que docenas de personas dijeron que Wynn acosaba sexualmente a las empleadas por décadas.
“Sí, el debido proceso es ciertamente un problema. Las personas no deben ser castigadas sobre la base de acusaciones no probadas y, por supuesto, los castigos que se dicten en última instancia deben ser apropiados para el delito”, sentenció.
“Pero Trump es la última persona en la tierra que está haciendo ese caso. Él ha demostrado una y otra vez que no le importa demasiado el concepto de 'inocente hasta que se pruebe lo contrario' si entra en conflicto con sus opiniones", enfatizó.
De hecho, Trump se alegró cuando el senador demócrata Al Franken fue destituido de su trabajo, incluso mientras instaba a los votantes de Alabama a apoyar a Roy Moore, un candidato republicano para el Senado estadunidense, que había sido acusado de molestar sexualmente a adolescentes.
El ejemplo clásico de la falta de preocupación de Trump por el debido proceso es el caso de los Cinco de Central Park: hombres afroamericanos acusados de violar y golpear a una deportista blanca en 1989.
Trump se conmovió tanto con este caso que utilizó casi 100,000 dólares de su fortuna para comprar avisos en los periódicos de la ciudad de Nueva York que piden la reactivación de la pena de muerte en Nueva York.
En el anuncio sugirió que los cinco jóvenes afroamericanos acusados del crimen eran "asesinos" que deberían ser ejecutados, todo esto antes de que el juicio siquiera hubiera comenzado.
“Eso es lo mucho que a nuestro presidente le importa el debido proceso”. Trump continúa afirmando que los cinco hombres son culpables a pesar de que el sistema de justicia los exoneró hace más de 15 años.