"El escenario global no puede convertirse en una arena donde los más fuertes dicten sus condiciones a los más débiles sin reservas, donde el egoísmo domine sobre la solidaridad, y donde las emociones nacionalistas dominen sobre el sentido común", dijo Tusk tras visitar el Museo de la Bomba Atómica y el Parque de la Paz de la ciudad.
Tusk señaló que amenazas como el "chantaje nuclear siempre presente en la política de Corea del Norte y la retórica de Irán", los conflictos regionales como los de Siria, Ucrania o Libia, las tensiones comerciales o las consecuencias de la crisis climática son una muestra de "lo cerca del abismo" que está el mundo y manifestó que estos riesgos deberían "guiar las discusiones en Osaka".
Aunque apremió a hallar soluciones a estas cuestiones "antes de que sea demasiado tarde", el presidente del Consejo Europeo recordó a los líderes que cuanto toman una decisión "no sólo asumen la responsabilidad de sus propios intereses, sino, sobre todo, de la paz y un orden mundial seguro y justo".
"Son ustedes, los líderes de las superpotencias mundiales, quienes son responsables de que la lección de Nagasaki no sea en vano", añadió Tusk en un discurso en el Parque de la Paz tras realizar una ofrenda floral a las víctimas del bombardeo atómico que sufrió la ciudad japonesa el 9 de agosto de 1945.
Tusk visitará posteriormente Hiroshima, como parte de la campaña de concienciación sobre los efectos de las armas nucleares y la promoción para su abolición emprendida por ambas ciudades, que han pedido a los líderes y organizaciones del G20 que las visiten antes de la cumbre de dos días que empieza este viernes en Osaka.
La cita está destinada a consensuar medidas en temas tributarios globales y medios para luchar contra la contaminación por plásticos, así como intentar compensar los vientos de proteccionismo comercial impulsados por países como Estados Unidos.
Del encuentro podrían también derivar decisiones importantes en torno a la guerra comercial abierta entre EE.UU. y China.