El jueves se quemaron en total más de 40 kilómetros cuadrados. En San Marcos, al norte de la ciudad de San Diego, fueron evacuadas 13,000 viviendas y negocios, informa "Los Angeles Times".
Un día antes ya habían sido evacuadas 23,000 personas de Carlsbad, donde resultaron deñados o destruidos más de 23 edificios.
Más de 1,000 bomberos enfrentan en la región casi diez incendios al mismo tiempo y cuentan con la ayuda de más de 20 aeronaves hidrantes. En la televisión se emiten imágenes en las que se ven las llamas y el denso humo, a veces muy cerca de zonas pobladas. Miles de personas huyeron e incluso fue evacuada también parcialmente la base militar de Camp Pendleton.
El gobernador de California, Jerry Brown, declaró el estado de emergencia en el distrito de San Diego, para poder movilizar rápidamente equipos de bomberos y recibir dinero para la lucha contra las llamas.
Con temperaturas de hasta 38 grados Celsius, sequía extrema y fuertes vientos, el riesgo de incendio en California fue calificado de inusualmente alto.
Aún no se determinaron las causas del fuego, pero el hecho de que aparecieran llamas en varios sitios al mismo tiempo hizo pensar a las autoridades que pudo haber sido intencional.
Un sospechoso que fue visto cerca de los incendios fue detenido e interrogado pero luego dejado en libertad por la policía.
Los incendios de bosques y matorrales suelen producirse en Estados Unidos tras los secos meses de verano, pero no en primavera, como ahora. Sin embargo, la zona vivió este año un invierno muy seco sin casi lluvia o nieve. (DPA)