Aumento de la frecuencia de El Niño pude provocar grandes cambios en la fauna

Un aumento de la frecuencia del fenómeno meteorológico conocido como El Niño, motivado por los efectos del cambio climático, podría tener un gran impacto sobre la fauna de las costas del Pacífico y provocar cambios dramáticos en sus ecosistemas, según un estudio que analiza 12,000 años de restos animales.

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Fotografía de archivo de dos niños indonesios mientras juegan en un charco, en un barrio contaminado en la zona costera de Muara Baru, en el norte de Yakarta (Indonesia). Imagen de archivo. EFE/MAST IRHAM

La investigación, publicada este jueves en la revista Science, se sirve de los restos de aves y peces acumulados durante miles de años en un depósito de Baja California para descubrir que, cuando El Niño se repite más de cinco veces por siglo, la diversidad marina disminuye, baja la actividad humana y aumenta la diversidad de aves.

Cuando el fenómeno se vuelve poco frecuente, sin embargo, como ocurrió hace 7000 años, la fauna costera -tanto aves como peces- varía enormemente y la actividad humana sube.

Los investigadores asumen que el cambio climático contribuirá a un aumento de la frecuencia de El Niño, si bien un estudio publicado el año pasado en la revista Nature Climate Change apunta a que el calentamiento global debilitará la intensidad del ciclo de temperaturas que producen el fenómeno.

Según los autores del trabajo publicado este jueves, aunque los efectos de El Niño en las poblaciones de fitoplancton y zooplancton -y sus consecuencias sobre el resto de la cadena alimentaria- ya se conocen, la falta de registros a largo plazo impedían hasta ahora tener una visión más amplia de la relación entre el fenómeno meteorológico y los ecosistemas costeros.

Gracias al estudio de los restos biológicos de aves y peces de la región, sin embargo, esta relación aparece ahora de forma clara, y se puede establecer ese "punto de inflexión", tras el cual la fauna varía de manera dramática, cuando el fenómeno meteorológico se repite más de cinco veces en un siglo.

Los investigadores consideran que conocer estos datos permiten prepararse mejor para un futuro que estará marcado por los efectos del cambio climático.