Brasil preocupado ante planes petroleros en delta de Amazonas

Los proyectos de empresas petroleras para explorar yacimientos en el mar Atlántico, frente a la desembocadura del Amazonas, el mayor río del mundo, provoca preocupación en Brasil, ante el impacto que un accidente de crudo tendría para uno de los ecosistemas más diversos y desconocidos del planeta.

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La francesa Total y la británica BP, así como compañías brasileñas, presentaron proyectos al órgano medioambiental brasileño (IBAMA) para autorizar perforaciones exploratorias en pozos petroleros frente a la costa norte de Brasil, en aguas de una profundidad de casi dos kilómetros.

Los pozos, inexplorados hasta la fecha, podrían suponer el descubrimiento de una nueva gran reserva de crudo en un país que desde 2006 -cuando fueron anunciados los yacimientos bajo la capa marina del litoral de Río de Janeiro- ha experimentado una revolución en el sector de los hidrocarburos.

Sin embargo, esas eventuales reservas -para cuya exploración ya desembolsaron decenas de millones de dólares las empresas petroleras- pueden suponer un riesgo para el ecosistema amazónico del estado de Amapá, al norte de Brasil, una región poco habitada y hasta hoy muy preservada del Amazonas que está, además, en el punto de mira de productores de soja.

Pescadores, fiscales, investigadores y defensores del medioambiente, así como otros representantes de la sociedad civil, se reunieron el fin de semana en Macapá, la capital de este estado al norte de Brasil, para discutir los eventuales impactos y organizar una resistencia a los planes de desarrollo de la extracción de crudo, así como de la soja.

La organización ecologista Greenpeace realizó en febrero una misión de 20 días con un barco y un pequeño submarino para documentar la existencia de corales hasta hace pocos años desconocidos que se extienden por 9,500 kilómetros.

“Ya hay indicios de que explorar petróleo en esa zona es problemático. La fiscalía brasileña ya recomendó al órgano ambiental que no conceda la licencia de exploración”, dijo Larissa Rodrigues, miembro de Greenpeace experta en energías.

Algunos investigadores locales, como la profesora Valdemira Ferreira, que se dedica a evaluar los potenciales impactos de un derrame y los planos de emergencia ante esa eventualidad, también reconoció que “es imposible garantizar al 100 por 100” que el medioambiente será preservado si las petroleras logran perforar los pozos.

Total asegura que sus operaciones en la vecina Guayana Francesa, territorio francés de ultramar, son un ejemplo de que es capaz de extraer crudo sin incidentes, y presentó un documento detallando al Gobierno brasileño sus planes para evitar daños al medioambiente.

Pero la Fiscalía brasileña recomendó al IBAMA a principios de mes que “suspenda las actividades y perforación marítima de petróleo en la desembocadura del Amazonas hasta que sean analizados suficientemente los impactos de la actividad sobre la barrera de corales”, según el documento del Ministerio Público.

El anuncio en 2006 del descubrimiento de reservas que superan los 30,000 millones de barriles en aguas ultraprofundas colocó a Brasil como uno de los países con mayor potencial productor del planeta.

Brasil produce actualmente en torno a 2.5 millones de barriles diarios de crudo, incluyendo petróleo, gas y derivados, y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que esta cifra alcance los 3.7 millones para 2020 y los 5.37 millones en 2040, lo que situará al país entre los diez mayores productores mundiales.