El trabajo flexible reduce emisiones de carbono

La Ciudad de México y área metropolitana junto con los estados de Querétaro, Hidalgo, Morelos, Tlaxcala y Coahuila pasan por una situación poco vista con anterioridad, debido a que desde el pasado martes la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) activó contigencia ambiental extraoridinaria en la capital mexicana y en las principales ciudades de los estados mencionados.

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Aunado a la mala calidad del aire que vive de manera histórica el Valle de México, se añaden los recientes incendios forestales que se han incrementando en diversas partes del país, provocando una situación ambiental que afecta a los habitantes de las ciudades que padecen la contingencia ambiental, provocandoles efectos como ojos llorosos, irritación en la garganta, así como cardiopatías, infartos cerebrovasculares, enfermedades pulmonares y cáncer. Por tal motivo, los gobiernos locales y federal han tomado diversas iniciativas como suspensión de clases en todos los niveles escolares; sin embargo el mundo laboral tiene que continuar, por lo que los miles de trabajadores que se trasladan a sus empleos en estos días, se ven en riesgo de sufrir algunos de los efectos mencionados por la mala calidad en el aire.

Un claro ejemplo de como la contaminación ambiental va en aumento es el uso de gasolina por habitante en la Ciudad de México que para satisfacer sus necesidades de llegar al trabajo, en los ultimos 4 años creció en 36.6%, informó la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema). Lo que además de generar contaminación, ocasiona otras complicaciones entre los automovilistas, ya que llegan a ocupar 66% más de tiempo de viaje atorados en el tránsito en cualquier momento del día provocandoles estrés, lo que les representa una baja en su productivdad al llegar a su oficina y un desbalance en el aspecto personal al no convivir tiempo suficiente con su familia y amigos.

Regus preocupado por el presente panorama comisionó a investigadores especializados en desarrrollar un estudio sobre cómo el Trabajo Flexible podría auxiliar a reducir el dioxido de carbono en las principales ciudades que sufren de un alto transito vehicular como Ciudad de México; revelando que si incrementará el uso de espacios de trabajo flexible en el mundo laboral y empresarial, se reducirá los niveles de dióxido de carbono a 214 millones de toneladas al año para el 2030, equivalante a la cantidad de carbono que absorberían 5.5 mil millones de árboles en un lapso de 10 años.

Situaciones que están provocando el calentamiento global como desastres naturales y mala calidad en el aire, entre otras han hecho que países como el Reino Unido tenga previsto ahorrar 7.8 millones de toneladas de CO2 para el 2030, gracias al ahorro de 115 millones de horas de traslado al trabajo cambiando una forma de trabajo flexible. Mientras tanto, el país que experimentará el ahorro de emisiones de carbono anual más grande para el 2030 es Estados Unidos, se pronostica que ahorrarán casi 960 millones de horas en transporte a su trabajo y, ya que los estadounidense dependen en gran medida de automóviles, este tiempo ahorrado se traduce en más de 100 millones de toneladas de CO2.

"El trabajo flexible contribuye un poco frente a los objetivos del cambio climático, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el mundo necesita reducir anualmente sus emisiones de gases de efecto invernadero entre 12 y 14 mil millones de toneladas métricas adicionales para el 2030 a fin de tener una oportunidad de disminuir el calentamiento global 2 grados Celsius.[1] Al permitir que sus trabajadores se establezcan en una ubicación más cerca de su hogar y eliminar el uso de los medios de transporte para llegar al trabajo, se ahorrarán millones de toneladas de carbono cada año. Con un medio ambiente en crisis, ofrecer una forma de trabajo flexible no solo es algo urgente a nivel personal y empresarial, sino algo que también beneficiaría al planeta". asevera Mónica Sansores – VP de Regus en México.

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[1] https://www.un.org/sustainabledevelopment/blog/2016/11/report-world-must...

El estudio de Regus analizó el impacto socioeconómico del trabajo flexible en 16 países: Australia, Austria, Canadá, China, Francia, Alemania, Hong Kong, India, Japón, Países Bajos, Nueva Zelanda, Polonia, Singapur, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. El estudio reveló lo siguiente:

• El trabajo flexible aportará $10.04 billones a la economía de 16 países para 2030, más que el PIB actual de Japón y Alemania en conjunto.

o Para el 2030, Estados Unidos podría experimentar un impulso económico que podría alcanzar hasta los $4.5 billones anuales gracias al trabajo flexible, más del 20 % de su PIB actual y más del PIB actual total de Alemania.

o La proporción de personas que trabaja de manera flexible en China seguirá siendo relativamente pequeña, sin embargo, experimentará el mayor aumento relacionado en productividad económica, la cual alcanzará hasta el 193 % en 2030 en comparación con la de 2017. Esto podría equivaler a un enorme aumento general de $1.4 billones.

• El trabajo flexible podría permitir un ahorro de más de 3.5 mil millones de horas en traslados al trabajo en 16 economías para el 2030.

o Si más personas en Estados Unidos trabajaran de manera flexible, se podrían ahorrar casi 960 millones de horas. Ese es el equivalente a casi un día extra entero de vacaciones para cada persona que trabaja en Estados Unidos.

o China muestra el mayor aumento potencial en ahorro de tiempo, ya que las personas aquí se evitarían hasta 1.4 mil millones de horas en traslados al trabajo gracias al trabajo flexible.

• Las horas de traslado al trabajo y el ahorro de carbono se calcularon con el uso de un escenario de 'crecimiento acelerado' en la adopción del trabajo flexible. También se utilizó un escenario de 'crecimiento normal', que no aparece en esta alerta.