En dos meses, los capitalinos no han respirado aire limpio

La laxitud en las normas de salud ambiental provoca que los programas locales contra la contaminación no protejan a la población en forma efectiva.

La pre-contingencia atmosférica que vivió el Valle de México el pasado fin de semana no es la primera crisis de contaminación en lo que va del año, advirtió la asociación civil El Poder del Consumidor. Destacó que así lo demuestran los reportes de las concentraciones de contaminantes, a la luz de los parámetros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (con base en estudios médicos, epidemiológicos y toxicológicos). De acuerdo a los límites sugeridos por la OMS, la zona metropolitana del Valle de México sólo ha tenido 1 día con baja contaminación durante el primer bimestre del año.

La OMS señala que  la población no debe respirar concentraciones de contaminantes que rebasen en el caso del ozono el equivalente a 45 puntos IMECA. En el caso de partículas menores a 10 micras, PM 10, señala que no debe rebasar los 42 puntos  IMECA. El caso extremo ocurre con el dióxido de azufre (SO2) para el cual, la OMS advierte riesgos a partir de 7 puntos IMECA.  Sin embargo, en la realidad estos parámetros se superan preocupantemente.

En el caso específico del ozono el límite recomendado por la OMS de (45 IMECA) fue altamente rebasado  29 días en enero  y 19 días en febrero, incluso si se realizara un promedio mensual se tendrían concentraciones de  68 puntos  IMECA de ozono en el mes de enero y 71  puntos de  IMECA  para el mes de febrero.  Estos datos muestran que los capitalinos están respirando diariamente concentraciones de contaminantes nocivas para su salud.

Una situación similar se presentó con las partículas. En enero de este año los capitalinos enfrentaron 30 días con excedente

del límite para micropartículas menores a 10 micras (PM10) e incluso el dióxido de azufre, contaminante que se dice que está bajo control, superó 22 días el límite de la OMS.

En febrero, la situación no mejoró: 19 días rebasaron los límites de la OMS para ozono, 29 días el máximo para PM10 y 24 días para SO2.

Destaca que la norma de ozono establece límites que no deben ser rebasados más de una sola hora en todo el año. Sin embargo, el parámetro de la OMS para ozono fue rebasado 994 horas en el bimestre.

“A pesar de lo anterior, la población no se enteró de tales episodios, ni los gobiernos locales tomaron medidas estrictas, porque las actuales normas oficiales mexicanas son sumamente laxas. Por ejemplo, en México el límite máximo aceptado para el ozono está 50% arriba del límite que fija la OMS; el máximo para micropartículas con un grosor menor a 10 micras (PM10) está 140% arriba del parámetro de la OMS; el tope para micropartículas finas, es decir, menores a 2.5 micras (PM2.5), está 160% arriba del parámetro de la OMS. El caso extremo es el del dióxido de azufre (SO2), que supera al límite que sugiere la OMS en 1,340%”, señaló Gerardo Moncada, coordinador de Transporte Eficiente en El Poder del Consumidor.

A decir de la asociación civil, dicha laxitud propicia que los programas locales contra la contaminación tengan rendimiento

limitados, en detrimento de la salud de la mayoría de la población. Como muestra, la pre-contingencia de días pasados fue activada como una medida “preventiva” cuando los capitalinos ya respiraban concentraciones de ozono que rebasaban el triple del máximo establecido por la OMS. Asimismo, la holgura de las normas oficiales propicia discrecionalidad entre las autoridades locales, al grado que las Secretarías de Salud y Medio Ambiente del DF convocaron a realizar actividades deportivas que implicaban esfuerzo físico al aire libre, en vez de cancelarlas o modificarlas para proteger la salud de los asistentes.

Cabe recordar que si bien los episodios críticos de contaminación deterioran la salud, esto también ocurre cuando la población se ve expuesta en forma cotidiana a concentraciones menores de contaminantes, incluso por debajo de los límites “aceptables”.

La exposición crónica a la contaminación del aire se asocia con el incremento de problemas cardiovasculares y respiratorios, con diversos tipos de cáncer, con problemas del sistema nervioso, con nacimientos prematuros, retraso en el crecimiento intrauterino, bajo peso al nacer, síndrome de muerte temprana y mortalidad infantil.

Estas anomalías no solo afectan a los habitantes del Valle de México sino a la mayoría de los 74 millones de mexicanos que viven en zonas urbanas con más de 200 mil habitantes.

Por lo anterior, se está solicitando a la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris) que actualice las normas mexicanas, ya que algunas de ellas acumulan un rezago de 18 años sin revisión, y que adopte los parámetros recomendados por la OMS, a fin de que los programas anticontaminación y las acciones para proteger la salud de la población sean realmente efectivos.

El Poder del Consumidor anunció que informará cada mes acerca de la calidad del aire que realmente está respirando la población, de acuerdo a los parámetros que propone la Organización Mundial de la Salud.