España, bajo la lupa europea por sus altos niveles de contaminación

España se encuentra en el ojo del huracán por sus altos niveles de contaminación atmosférica, especialmente en Madrid y Barcelona, tras conocerse este miércoles que será denunciada mañana ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) por parte de la Comisión Europea (CE).

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La decisión, que se votó hoy por la CE pero no se publicará hasta mañana, supone que la Justicia europea abre un procedimiento para examinar el caso y podría acabar imponiendo una multa a España.

Además de las dos mayores ciudades españolas, varias zonas de sus áreas metropolitanas y la histórica ciudad de Granada (hogar del monumento de la Alhambra) superan los límites anuales de dióxido de nitrógeno (NO2).

Las autoridades de las zonas más afectadas deben emprender "medidas radicales" para corregir la situación y "evitar una sanción" de Bruselas, señalaron hoy a Efe fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica.

En España se calcula que unas 6,400 personas murieron el año pasado a causa de la contaminación del aire, según un informe de ese ministerio.

Y más de 400,000 personas mueren prematuramente al año en la Unión Europea como resultado de una mala calidad del aire, y una gran cantidad de población sufre problemas respiratorios y cardiovasculares, según datos de la UE.

Pero la denuncia de Bruselas a España tiene además una lectura política, porque afecta de lleno al nuevo gobierno de la ciudad de Madrid, que llegó al poder en junio con un alcalde del conservador Partido Popular (PP), y que intentó reducir las restricciones al tráfico en la zona de bajas emisiones conocida como Madrid Central.

Tras una campaña electoral basada en buena parte en criticar esa zona de bajas emisiones y en defender la libertad de los conductores, el nuevo Gobierno municipal estableció una moratoria a las multas por entrar irregularmente en Madrid Central del 1 de julio hasta el 30 de septiembre.

Pero dos juzgados madrileños decidieron mantener las sanciones al considerar que la protección a la salud y al medio ambiente está por encima de cualquier decisión ejecutiva, en un asunto que está enormemente politizado.

"Nadie va a parar Madrid Central", porque no puede haber "pasos atrás" en las políticas ambientales y sería "una irresponsabilidad absoluta" renunciar "al derecho de los ciudadanos a respirar aire limpio", afirmó el líder socialista Pedro Sánchez al pedir la confianza del Congreso para continuar siendo presidente del Gobierno.

La Comisión Europea abrió en 2015 un procedimiento de infracción contra España por los excesos de dióxido de nitrógeno registrados en Madrid, Barcelona y el área del Llobregat (Cataluña), citando una norma que establecía un plazo hasta 2010 para cumplir los límites de ese gas.

La creación del área de Madrid Central permitió a España que ese expediente no avanzara hasta el Tribunal de Justicia europeo, pero la decisión del nuevo gobierno local de Madrid de levantar las restricciones llevó a la CE a expresar este mes su preocupación por la situación del aire en este país.

La decisión europea adoptada hoy supone un paso más porque "podría exponernos realmente a una sanción", añadieron las mismas fuentes ministeriales.

Una eventual sanción recaería sobre el Estado español, no sobre las regiones o ciudades incumplidoras.

En España la calidad del aire registró "una ligera mejoría" de todos los contaminantes en 2018, aunque habría empeorado en lo que va de este año, sobre todo en lo relativo al dióxido de nitrógeno (NO2), según un informe técnico publicado este martes.

El NO2 es un contaminante cuya principal fuente emisora es el tráfico rodado, particularmente los vehículos que utilizan diésel como combustible.

En 2018 el valor límite horario solo se sobrepasó en la ciudad de Madrid, en 33 ocasiones en la estación de medición con peores resultados.

Pero las concentraciones medias anuales de ese gas superaron los valores límite en la ciudad de Madrid y parte de su área metropolitana, en la zona Metropolitana de Barcelona y en la ciudad de Granada.

Más pesimista aún es la opinión de las organizaciones ambientales: el 97 % de la población española estuvo expuesta en 2018 a niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según informe presentado hace un mes por Ecologistas en Acción.

En Madrid, en concreto, es popular desde hace muchos años el término "boina" para referirse a la capa de contaminación que cubre la ciudad, especialmente en invierno.

La contaminación atmosférica se genera en gran parte por el transporte, la industria o la generación de energía y calefacciones.

El Gobierno español presentó en febrero un plan para prohibir en 2040 la venta de vehículos que emitan dióxido de carbono (CO2), uno de los principales responsables del calentamiento de la atmósfera, y eso implica poner fin a los motores que usan gasolina, diesel o gas, lo que a su vez eliminará las emisiones de NO2.