Especialistas dicen que industria de tequila y mezcal abona a crisis de clima

La industria vinculada a los destilados de la planta de agave en México, que generan bebidas como el tequila y el mezcal, han propiciado los monocultivos, la pérdida de bosques y contribuido al cambio climático, coincidieron este jueves especialistas.

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El miembro de la iniciativa Paisaje Biocultural de la Sierra Occidente de Jalisco, Oasis Huerta, habla hoy, durante su participación en el foro "La Tertulia del Maguey" en Guadalajara, estado de Jalisco (México). EFE/ Francisco Guasco

En una charla con productores tequileros y mezcaleros en la ciudad mexicana de Guadalajara, Danae Cabrera, investigadora del Instituto de Botánica de la Universidad de Guadalajara, señaló que esta industria ha respondido a la creciente demanda del mercado con prácticas como la deforestación y cambio de cultivos, además del uso de agroquímicos que abonan a la crisis climática.

Detalló que en Jalisco, estado que ostenta la denominación de origen del tequila, desde 1999 la superficie sembrada con agave azul, base para la bebida del tequila, incrementó de 20,000 a 60,000 hectáreas en un año. En contraparte, la superficie cosechada es apenas de 20 % del total de los cultivos.

“La demanda del mercado para producir tequila exige más materia prima cada vez y eso nos dice que por un objetivo dado de volumen de materia prima hay que incrementar cinco veces la superficie sembrada porque solo se puede cosechar cuando mucho una quinta parte de lo sembrado”, explicó.

Señaló que, de acuerdo con diversos estudios realizados en la entidad, la expansión de los cultivos de agave desplaza a cultivos tradicionales y propicia la pérdida de vegetación nativa como el bosque tropical caducifolio, lo que provoca un desequilibrio en el ecosistema.

Añadió que estos problemas están evidenciándose no solo en la zona de los valles de Jalisco, donde se produce mayoritariamente el tequila, sino en los últimos tres años en la sierra occidental del estado donde es producida la bebida conocida como raicilla que obtuvo su denominación de origen en 2019.

Pablo Montaño, coordinador general de la organización Conexiones Climáticas, explicó que la diversidad de cultivos y ecosistemas como el bosque caducifolio son espacios capaces de contener el dióxido de carbono (CO2) y evitar el cambio climático.

Agregó que la industria de los destilados del agave sufren también las consecuencias de la crisis climática con cambios en los ciclos de cosecha, menos disposición de agua y la contaminación de suelos y del agua.

Oasis Huerta, miembro de la iniciativa Paisaje Biocultural de la Sierra Occidental de Jalisco, consideró que en el problema de la crisis climática que afecta a esta industria también debe importar los consumidores, quienes deberían buscar a productores que se preocupan por modelos agroforestales de cuidado al medioambiente.

Los especialistas propusieron a los productores la implementación de modelos que consideren el cultivo del agave junto con otras especies que privilegie el adecuado manejo de los paisajes más que el valor monetario.