Greenpeace denuncia ante la CE la amenaza del gasoducto EastMed para la paz

Una veintena de activistas de Greenpeace colocaron este miércoles pegatinas gigantes con la imagen de un gasoducto en la Comisión Europea para denunciar "la amenaza para la paz" que, alertaron, suponen los proyectos de combustibles fósiles respaldados por la Unión Europea, en particular, el gasoducto EastMed.

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"El apoyo de la UE a los combustibles fósiles no es sólo un desastre climático, sino también una amenaza para la paz", denunció, en declaraciones a EFE, la responsable de campañas de Greenpeace, Lorelei Limousin.

En un informe publicado hoy, la organización advierte de que el proyecto de gasoducto EastMed -un gasoducto submarino de 1.900 kilómetros a lo largo del Mediterráneo Oriental-, respaldado por la UE, "corre el riesgo de desencadenar conflictos y acelerar gravemente la crisis climática".

Según denuncia Greenpeace, el proyecto de gasoducto está a punto de recibir un permiso acelerado y financiación comunitaria, ya que la Comisión Europea estudia incluirlo en la lista de "proyectos de interés común" para infraestructuras energéticas.

El gasoducto, que no entraría en funcionamiento hasta 2028, conectaría los yacimientos de gas israelíes con Grecia, se desviaría a Italia y atravesaría "aguas disputadas" entre Grecia, Turquía y Chipre.

Por ello, Limousin alertó de que el gasoducto EastMed atravesaría fronteras marítimas controvertidas en una región ya de por sí "muy militarizada".

"Podría provocar un conflicto armado y desencadenar otra guerra en Europa", señaló esta activista.

En esta línea, el informe de Greenpeace asegura que EastMed podría convertirse en un objetivo militar "evidente", como ya ha sucedido con el gasoducto Nord Stream, que transporta gas desde Rusia a Alemania, y que a lo largo del 2022 ha sido objeto de recortes de suministro realizados por parte de Gazprom, el monopolio gasista del Kremlin, en el contexto de la guerra de Ucrania.

Los activistas cubrieron los alrededores de la entrada principal del edificio de la Comisión Europea con imágenes de gasoductos manipulados con un explosivo con temporizador y los mensajes "el gas alimenta la guerra" y "gas: bomba de relojería climática y de conflicto" en varios idiomas.

"Pedimos a la Comisión Europea que deje de apoyar este proyecto, que lo retire de la lista de proyectos prioritarios de infraestructuras energéticas y que lleve a cabo una evaluación del riesgo de conflicto de este gran proyecto de fortaleza", insistió Limousin.

Además, los activistas denunciaron que este gasoducto provocaría "un gran aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero", lo que, aseguraron, es "incompatible" con los objetivos climáticos de limitar el calentamiento global a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales.

Greenpeace estima que, si se construye el EastMed, podría ser el responsable de emisiones de gases de efecto invernadero equivalentes a 27 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año, teniendo en cuenta el consumo de energía, el transporte y las fugas.